Revista Viajes

Descubrir el Parque Regional de la Sierra de Gredos

Por Qnatur

Vivimos en un país marcado por fuertes contrastes que enriquecen nuestro patrimonio natural, lo que a su vez ha marcado el patrimonio cultural, y la Sierra de Gredos es uno de esos lugares en donde es más fácil de apreciar. Se trata de un imponente cordón montañoso flanqueado por dos ríos, que de este a oeste corren paralelos a la montaña, el Tormes y el Tiétar.

Sierra de Gredos

La cara norte de Gredos es menos abrupta que la sur, pues marca el límite meridional de la meseta norte y la base de la sierra se levanta desde los 1.000 metros de altitud, en el Barco de Avila, y hasta de los 1.500 de Navaredonda. Por ello aquí se guarda el frío durante una larga temporada, mientras que la base de la ladera sur, situada entre los 400 y 500 metros de altitud, hay un microclima que permite el cultivo de naranjas y limones.

La cara norte es de vocación ganadera, mientras que la sur es un vergel de huertas y todo tipo de cultivos. Los pueblos de la cara norte son austeros, construidos en granito, mientras que en los de la cara sur las casas se abren al exterior con balconadas de madera.

Entender Gredos. 

Por ello, para entender Gredos hay que conocer ambas laderas. Comencemos por el sector más occidental de la vertiente norte, que es el menos conocido del Parque Regional de la Sierra de Gredos.

Aquí los valles están alfombrados por una bonita campiña con verdes prados de siega, encerrados por pequeños muros de piedra, en donde el bosque dominante es el robledal. Para tomar conciencia del territorio merece la pena subir, desde Navatejares, hasta Cabezas Altas, haciendo una parada en Cabezas Bajas, antigua aldea de pastores hoy recuperada gracias a Vive Gredos. Lo mismo que adentrarse por la bonita Garganta de los Caballeros para hacer una excursión andando.

De los pequeños huertos del fondo de estos valles proceden muchas de las famosas alubias de El Barco. También son abundan los manzanos, con los que se elabora la sidra El Pomar de Gredos. Por ello es un paisaje que en algunos casos recuerda a ciertos rincones del norte peninsular.

Para seguir nuestro camino hacia el Este podemos ir disfrutando por los pequeños carreterines que enlazan los pueblecitos de la margen izquierda del río Tormes. En Aliseda de Tormes podemos parar y dar un agradable paseo por orillas del río Tormes.

Según avanzamos hacia Navarredonda iremos ascendiendo hasta los 1.400 metros, con lo que poco a poco el paisaje se hace más rudo.

Por las grandes gargantas que bajan al Tormes, la Garganta de Gredos y el río Barbellino, descargan las nieves acumuladas durante el invierno. Son valles de origen glaciar, que hace 12.000 años estuvieron ocupadas por largas lenguas de hielo que han dejado su huella en el paisaje.

En general, la ladera norte de Gredos es un extenso territorio en donde se prodiga el ganado vacuno, de raza avileña, que producen una excelente carne con D.O. ternera de Avila. La amplitud del territorio ha propiciado que desde siempre los ganaderos se hayan apoyado en el caballo para la gestión de sus rebaños, con lo que hay una gran afición a la equitación, sobre todo en el entorno de Hoyos del Espino y Navarredonda. En esta última localidad encontramos una guarnicionería en donde, entre otros aperos, todavía elaboran cencerros a la antigua usanza, en donde el badajo se hace con madera negra de encina que suministran los pastores.

Podemos disfrutar de este singular paisaje subiendo en coche hasta la Plataforma de Gredos por la carretera que sale de Hoyos del Espino. Al principio atravesaremos grandes pinares y pastizales en donde pastan vacas avileñas.

Según ascendemos desaparecen los árboles y veremos grandes bloques de piedra arrancados de la montaña por los glaciares y depositados en el fondo del valle. En la Plataforma de Gredos debemos dejar el coche y dar un paseo por la senda que sube. Allí podremos ver de cerca numerosas cabras monteses. Es un lugar muy frecuentado, por lo que se recomienda ir a primera hora o entre semana.

En estos pueblos podemos encontrar alojamiento y restauración, y procede disfrutar de un buen chuletón de ternera avileña a la brasa. También hay varias empresas especializadas que ofertan una variada gama de actividades: senderismo, observación de aves, canoas, reconocimiento de setas, etc. Una actividad divertida para toda la familia puede ser el parque de tirolinas, con circuitos para todas las edades.

Por el Puerto del Pico

Atravesaremos la sierra por el puerto del Pico. Desde lo alto del puerto veremos un camino empedrado que asciende casi en vertical, como si de un camino tibetano se tratara. Es una antigua calzada romana de 2.000 años de antigüedad y que en la edad media fue reconvertida en la Cañada Real Leonesa. Este impresionante paso ganadero todavía es hoy utilizado por los ganados trashumantes.

El cruce por el puerto del Pico nos permite disfrutar un cambio radical en el paisaje, el clima, en la arquitectura y en los cultivos. Aparecen almendros, cerezos, olivos, higueras e incluso naranjos y limones.

La cara sur de la Sierra de Gredos

Entre Arenas de San Pedro y Candeleda se extienden enormes pinares, pues los robledales han quedado relegados a los enclaves más húmedos, generalmente pegados a la montaña. En este camino hay una parada obligatoria para cualquier amante de la naturaleza en el Aula Museo de las Abejas en Poyales del Hoyo. Hay que atender a una de las amenas charlas de Gerardo o de su hijo que nos explicarán el apasionante mundo de las abejas y sus productos.

En toda la cara sur de la Sierra de Gredos los ríos se desploman desde una gran altura, por lo que han abierto profundas gargantas que merece la pena explorar. Son ríos con muchas pozas, por lo que cuando hace calor son el lugar adecuado para darse un baño.

En la vertiente meridional de Gredos predomina el ganado caprino, con el que se hacen unos quesos excelentes, sobre todo en el entorno de Candeleda. Según avanzamos hacía la provincia de Cáceres los cultivos se hacen más variados y aparecen los pimientos con los que se hace el pimentón de la Vera, ya en la vecina provincia de Cáceres.

En este extremo de la sierra hay dos excursiones que no debemos dejar perder. Desde Candeleda hay una carreterita que sube entre densos robledales hasta el santuario de Nuestra Señora de Chilla, situada a los pies del Almanzor. Si nos animamos aquí también podemos dar un agradable paseo a caballo.

La otra excusión es acercarse al castro de El Raso, un poblado celtíbero que estuvo ocupado por los vettones. Se encuentra en lo alto de una colina, desde donde podemos seguir un camino para adentrarnos en la impresionante garganta de Tejea. De regreso podemos encontrar muy buenos alojamientos y recobrar fuerzas en algún restaurante de la zona.

Más recursos para disfrutar de la Sierra de Gredos

Con esta ruta nos iremos con una buena idea de lo que es la Sierra de Gredos y de todas las oportunidades que nos ofrece para disfrutar de la naturaleza en unos parajes incomparables. En Qnatur tienes una selección de los mejores sitios en donde dormir, comer, empresas de actividades y productos locales de la Sierra de Gredos, así como descargarte un pdf con más información.

 

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