Un día como cualquiera me senté en la cama y pensé acerca de un tema. Tomé mi notebook y comencé a escribir. Pasé horas haciéndolo, empecé a desprender ideas. No sabía todo lo que tenía guardado. Escribía y escribía, era tanto pero tanto lo que viví, que no me alcanzaban las palabras.
Se me hacia eterno, y desde ese día en que desvalije mi corazón supe que mi vocación era la escritura. Porque amaba lo que escribia, podia pasar horas haciéndolo que sentía como si descargara todo aquello que tenía guardado hace tiempo.
Cada vez que estaba mal lo primero que pensaba era en escribir, de esa forma sacaría todo aquello que me hacia mal. Es como sacarse un peso de encima, aquella mochila que estaba sobrecargada por demás.
Si me preguntan, no tengo un tema definido del cual hablar, creo que escribo lo que siento en el momento o quizás a través de los recuerdos que se presentan en mi mente. Tengo tantas cosas vividas, tantos golpes y caídas, momentos felices e inolvidables, que tengo mucho para contar.
Creo que todos en algún momento nos pasó lo mismo, y es lindo compartir experiencias, o es lindo dar un aliento a las personas que pasan por cierta circunstancia que yo ya pasé.
Por eso escribo, por pasión a la escritura
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