Economía de Palabras: Hábitos dañinos.
Las personas deben cuidarse de no caer en hábitos que las perjudican, como el caso del consumo de drogas, de cualquier tipo que ellas sean. Para salir de ese tipo de dependencias, se aplican purgas y tratamientos de abstinencia generalmente dolorosos.
Todo eso, para las personas. ¿Qué pasa con las sociedades que adoptan hábitos dañinos que terminan con ellas?
El tema ha sido planteado por veinte universidades argentinas que exigen soluciones heroicas para evitar que la sociedad se acostumbre a la idea de que vivir del narcotráfico es una opción, una forma de vivir bien.
Según el diario La Nación, las mayores casas de estudio del país vecino han decidido conformar el Observatorio de Prevención del Narcotráfico, Oprenar, con el propósito de alertar a la sociedad sobre el riesgo de esa actividad.
El documento, que fue enviado a los candidatos Mauricio Macri y Daniel Scioli, que van a la segunda vuelta presidencial este 22 de noviembre, es una seria advertencia a la sociedad argentina.
Es peligroso, dice en un párrafo el documento, “el acostumbramiento social de entender la venta de drogas como un modo normal de vida y sustentabilidad económica.”
Es decir que una sociedad debe cuidarse de no adoptar, de no acostumbrarse, a actividades económicas que la pueden destruir.
Así como es malo para una persona consumir cosas peligrosas, es malo para una sociedad adoptar actividades económicas que la ponen en peligro, como es el caso del mercadeo, en grandes cantidades o en pequeñas, de las sustancias prohibidas.
Para salvar a Argentina del riesgo de acostumbrarse a tomar las actividades ilegales como normales, de tal modo que terminen haciéndose hábitos, o convirtiéndose en un modo de vida, el documento propone medidas severas.
Por ejemplo, propone incrementar en 4.000 hombres la fuerza la gendarmería que controla las fronteras y pide al parlamento que apruebe una ley que autorice el derribo de avionetas que entran de países vecinos.
Daniel Scioli, el candidato kirchnerista que estará en la segunda vuelta, anuncia que si llega a la presidencia pondrá al ejército argentino en la frontera con Bolivia.
El mensaje es muy claro. Las alusiones a Bolivia son muy directas. Pero el mensaje de que una actividad económica ilegal es dañina para una sociedad sirve para Argentina y sobre todo para Bolivia.
Recuerdos del presente: De último momento
El miércoles 4 de noviembre, el ministro del Interior, Carlos Romero, pidió al periodismo difundir la buena nueva de que el gobierno ha decidido enviar a las fronteras un contingente de policías que tienen la misión de frenar la salida de la droga a los países vecinos.
Además, por esas horas, el gobierno informó que en los últimos doce meses fueron erradicadas 9.261 hectáreas de cocales ilegales, más o menos la mitad de los cocales registrados por la ONU, pero solamente un tercio de los que registró Estados Unidos.
Esas son las dos noticias que el ministro Romero decidió crear para llevar a Asunción, donde, el viernes 6 de noviembre, los ministros del Interior de los países del Mercosur se iban a reunir para tratar el tema del narcotráfico.
La reunión se realizó cuando los países de la región muestran preocupación por la droga que sale de Bolivia y genera inquietud, como el caso de Argentina, donde el tema predomina en los debates electorales.
El candidato Daniel Scioli, del FpV que representa al kirchnerismo, decidió levantar la bandera que había dejado Sergio Massa sobre este tema: poner al ejército argentino en la frontera con Bolivia para frenar la droga.
El fiscal José Luis Bruno, de Orán, Salta, propuso directamente construir un muro en la frontera, a la altura de Bermejo, porque solo de esa manera Argentina podría librarse del contrabando que ingresa desde Bolivia.
El informe del ministro Romero les llegó a sus colegas del Mercosur cuando en Bolivia los contrabandistas del altiplano apedreaban un helicóptero de la Aduana que había ayudado a capturar dos camiones con contrabando. Y cuando los vendedores de ropa usada estaban protestando contra los “excesivos” controles de la Aduana.
Cuando el tema de la droga boliviana está a punto de definir quién será el próximo presidente de Argentina, y el gobierno brasileño suspira ante la posibilidad de que Lula da Silva vaya a la cárcel, el poder del narcotráfico gana terreno en esta región. Y hay una tendencia a mirar a Bolivia como el origen de todo este problema,
Las decisiones de último momento no ayudan en este caso. Había que haber llevado a Asunción un informe que no fuera de último momento, sino de una política clara contra el narcotráfico. Vacaflor.obolog.com Colaboración especial para LatinPress® http://www.latinpress.es