Revista América Latina

Desde Costa Rica. Fernando Durán Ayanegui: Polígono: Como topos en Marte.

Publicado el 17 octubre 2015 por Joseantoniomedina1234

columnista029De un lejano libro de relatos de ciencia ficción, recordamos vagamente que una nave espacial terrícola se aproxima a un sistema solar que está a punto de desaparecer porque su sol estallará pronto y de pasada destruirá a sus planetas, uno de ellos habitado por una especie animal inteligente, creadora de una avanzada civilización que no ha conocido, o los olvidó hace mucho tiempo, los flagelos de la guerra.
Enterados de su inminente aniquilación, estos vertebrados pensantes no pretenden ser salvados ni aún en un pequeño número, y utilizando limitados medios de comunicación convencen a los visitantes de que conduzcan a bordo de la nave terrícola una sola cosa: una especie de museo que guarda el registro de los más elevados logros científicos, artísticos y espirituales de su civilización. “Queremos que en un lugar seguro del universo se conserve el testimonio de lo que hemos sido”, dan a entender y, creyendo haberlo logrado, se entregan sin lamentos a su suerte inapelable.

Con el paso del tiempo, los detalles de aquel conmovedor relato se difuminaron en nuestra mente, pero eso no impidió que ayudara a que en nuestro espíritu se afirmase la idea de que en la pretensión humana de salir a la conquista del espacio hay algo esencialmente fútil mientras no hayamos resuelto el problema de la convivencia pacífica en nuestro planeta, mientras no hayamos descubierto la manera de dedicar toda nuestra inteligencia y todos nuestros esfuerzos a crear las bases materiales y espirituales del hipotético museo que nuestros descendientes se sentirían orgullosos de dejar como testimonio de que la raza humana mereció haber existido.

En días recientes, en medio de la miseria, el dolor y la muerte que la especie humana propicia con la guerra, se celebraba como una gran esperanza para ella la confirmación de que hay agua líquida en Marte; confirmación que, curiosamente, habría sido posible adelantar desde hacía siete años y no tenía que parecer tan extraña puesto que, también era sabido, en tres lunas de nuestro sistema solar hay agua y en una –Ganímedes– el manto acuífero es más voluminoso que todos nuestros océanos juntos.

Claro, está por verse si el ostentoso anuncio de la NASA no fue parte de la pirotecnia publicitaria de cierta película de Hollywood que acaba de ser puesta en cartelera; pero, en todo caso, un visitante extragaláctico que pudiera estar observándonos pensaría que los habitantes de la tierra estamos tan seguros de haber deteriorado irreversiblemente nuestro ambiente que, en vez de soñar con dejarle al universo un museo demostrativo de nuestra grandeza intelectual y espiritual, nos conformamos con la posibilidad de instalar en un planeta inhabitable una colonia, desprovista tanto se sed como de futuro, en la que unos cuantos astronautas descerebrados podrán vivir a duras penas bajo el suelo, como viven los topos. Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es


Desde Costa Rica. Fernando Durán Ayanegui: Polígono: Como topos en Marte.

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