Revista América Latina

Desde España. José Antonio Medina: La nueva Ilustración.

Publicado el 11 julio 2015 por Joseantoniomedina1234

columnista103En Grecia, Syriza se ha empeñado en defender los derechos de todos los griegos sin parcelar su trabajo de forma ideológica. En España, PODEMOS viene insistiendo en no ser de izquierdas ni de derechas, algunas veces se ha situado en el centro, otras en un “arriba y abajo”, incapaces de explicar.

En Francia François Hollande ha caricaturizado las esperanzas de la socialdemocracia europea. En el mundo, los Estados Unidos y Rusia hacen caso omiso al mandato de la ONU y alimentan el conflicto entre Siria e Israel.

En los Estados Unidos se deteriora la calidad del empleo, los trabajadores con seguros de salud apoyados por el empleador han caído desde un 60% en 2007 al 54% en 2013 y, los beneficios empresariales han crecido un 94% entre 2009 y 2014 mientras que los de las familias lo hicieron (mediana) en un 8%.

En el Caribe, Venezuela parece un caos y, Cuba está presta a nuevas inversiones y a la criticada cultura económica global.

Y mientras todo esto sucede, la izquierda mundial se busca afanosamente y la derecha parece regenerarse con nuevas fuerzas políticas que, al igual que las anteriores, insisten en una defensa del ciudadano pero ahora todo sostenido en un programa  cumplible y exigente, así pretenden venderla – la defensa ciudadana – el partido español Ciudadanos.

En todo caso, parece que – por lo menos en la UE o en la zona euro -, las ideologías han perdido el respeto del público y, el mensaje es que – algunos no quieren entenderlo – hemos entrado en una nueva  política donde el intelecto ha perdido la exclusividad; hoy en los bares españoles, portugueses y griegos se habla, sin citas, del fin de las ideologías y de una nueva Ilustración.

Los discursos políticos han perdido fuerza, en los dos primeros párrafos del líder de turno, el ciudadano tiene suficientes argumentos para valorarlos; les pasa – a los políticos profesionales – lo mismo que a las telenovelas, todos saben quién es el malo, el bueno, el rico y el pobre diablo.

Por ello, como en España, Francia, Venezuela, Cuba, Estados Unidos o Grecia, no es suficiente con cambiar rostros ni elaborar mejor las jergas parlamentarias, todo es más simple, se trata de un ¿dónde está y cuándo me das lo mío? Trivial y complejo al mismo tiempo, es el enfrentamiento entre dos polos: lo individual y lo colectivo, la familia y lo global.

¿Nos hemos reducido a la simpleza económica?, millones de personas apuestan por esa hipótesis. Pero ese reduccionismo, cabe preguntarse: ¿hasta qué punto no es un producto de la crisis? y, pasada la crisis, ¿quiénes seremos, los de hoy o los de ayer?, además, ¿dónde queda la parte del mundo acostumbrada a vivir en crisis practicando la solidaridad? Y, si los 1.200 millones de pobres y los 800 millones de subalimentados se revelaran hoy, los que apoyan la tesis del reduccionismo económico, ¿irían contra ellos o les apoyarían?

Luego, no es lo económico, por lo menos solamente, lo que nos hace egoístas; somos nosotros mismos, nuestro mundo interior, esa parcela que todavía no hemos aprendido a defender y que hemos protegido hasta la muerte; esa que más tarde o pronto se enfrenta a quien haga falta, incluso a los Estados más poderosos. Nosotros – europeos, americanos, africanos, árabes, asiáticos – somos, de acuerdo a nuestra cultura y derechos invadidos, la ruptura y el inicio.

Y, ¿esa es la revolución marxista? No. Es la revolución de una lógica y de las necesidades, ambas superiores a todas las ideologías.

Entonces, ¿estamos entrando en el mundo del conflicto?: No, de la superposición de las necesidades sobre las diferencias, aunque éstas puedan traer nuevos conflictos. Es, como diría un socialista de pro, “la verdadera toma de conciencia”.

Ya no se trata sólo de defender la identidad y derechos adquiridos, ahora se ha decidido defender la identidad propia, la criolla, la nacional.

Luego, ¿las superpotencias europeas y norteamericana están desapareciendo dando paso a nuevas culturas como la China, latina o hindú?, no.

El predominio económico norteamericano puede caer en comparación al de China, pero el New Way of Life occidental no tiene rival. Se trata de anteponer lo propio a lo impuesto, de realizar una selección de lo mejor. Una difícil elección dentro de un mundo mucho más pequeño, pero una fácil salida para las sociedades más celosas de sus tradiciones, como la india, la árabe, la asiática o la latinoamericana.

Y, ¿dónde quedará el modelo democrático y cultura occidental?, en los países abiertamente occidentalizados.

Así las cosas, ¿vamos a un mundo de islas protegidas y a uno menos global?, todo así lo indica, vamos a uno más equitativo, más justo y con reglas más claras en la participación y el liderazgo internacional.

Y, los poderosos grupos económicos mundiales, ¿están dispuestos a aceptar un orden donde prevalezca la identidad nacional sobre la global?, La UE tiene 508 millones de habitantes, China más de 1.300 millones, América Latina más de 500, los países árabes más de 377, India más de 1.200, la Federación de Rusia 144 y Estados Unidos unos 320 millones; no necesitan reinventarse, sólo afinar más sus herramientas y, están en ello: Apple, Google, Exxon Mobil, Microsoft, Berkshire Hathaway, Pfizer, Johnson & Johnson o General Electric son un ejemplo.

Pero, ¿el gran perdedor es occidente? La existencia de islas protegidas no significa el aislamiento ni el ocaso de una identidad cosmopolita como la occidental; la sociedad actual está preparada tanto para defender sus privilegios heredados y adquiridos como para rechazar las imposiciones; Grecia ha dejado, en el escenario mundial, el primer paradigma.

Y, ¿esta transición hacia ese mejor mundo cuándo terminará? La mejor respuesta la tenemos en el largo plazo, en el fin de esos 1.200 millones de pobres, en la aparición y aceptación pública y universal de nuevos modelos políticos, religiosos, financieros, económicos y, en el flaquear en el predominio militar mundial norteamericano. No hay una fecha de apertura ni una concluyente. Nadie ha dicho que esto será fácil ni que el nuevo mundo dejará de tener principalísimos actores: EE.UU., Rusia, China, Brasil, Alemania, Japón, India, Inglaterra, Francia.

Sólo decimos que el mundo al que vamos es más real, donde prevalecerán las identidades nacionales más fuertemente abocadas a negociar sus mayores intereses. Colaboración especial para LatinPress.es http://www.latinpress.es

Articulo coincidente con la tesis de Samuel P. Huntington: ¿Choque de civilizaciones?

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Desde España. José Antonio Medina: La nueva Ilustración.

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