FELIZ DÍA DE LA TIERRA.
La tierra es valor, es alimento del alma, es vitalidad, primavera permanente, luminosidad de sol y de estrellas, es camino y sosiego… Esta mañana pedaleo sobre la bicicleta estática y camino desde mis sueños, más allá de cualquier frontera, hasta la inmensidad, mientras escucho el Cuarteto de Cuerda nº 10 de Dvorak entre violines y contrapuntos de violonchelo que llaman al canto de las aves y a la sonoridad de los arroyos.En algún lugar de la Sierra de las Nieves en Grazalema, entre frondosas praderas y centenarios quejigos.
Recuerdo entre pedaladas cadenciosas muchas primaveras entre flores de las praderas de diferentes lugares, entre minas de carbón y su difícil destino; recuerdo playas del Cantábrico y Castillos de tierra adentro; recuerdo la vida saliendo de los nidos y de las madrigueras, también la vida amamantada a los pechos jóvenes de madres llenas de luz y de futuro.
He visto brotes naciendo en los chopos, en los frutales, en las vides, en los bulbos de la tierra aún con tempero; he visto el nacimiento de muchos ríos y una cantidad importante de lagunas y cascadas entre la música del agua. He visto la iluminación sincera de los corazones en el rostro de muchas personas. He visto montañas de diferentes alturas, altiplanos y regatos entre áridas rocas; las montañas como una llamada de la TIERRA siempre ponen voz a las esperanzas de tiempos de PAZ.
La FOTOGRAFÍA está sacada en la PEÑA DEL ÁGUILA del Guadarrama en Madrid, al fondo el valle del Río Moros en Segovia y las cumbres de La Mujer Muerta: La Pinareja y El Oso. Sed felices y buscad la PAZ, amables lectores. Os abrazo.
Javier Agra