Hoy os traigo la reseña de una novela que estaba deseando leer: Desde que te fuiste de Morgan Matson. Hacía tiempo leí la anterior novela de la autora, Amy y Roger, 5000 kilómetros para enamorarse, y me gustó bastante, así que tenía ganas de volver a leer a esta autora y ver cómo desarrollaba su segunda novela. Además, el argumento me llamó mucho la atención:
Sloan, la mejor amiga de Emily, ha desaparecido y ésta no sabe qué hacer. La echa muchísimo de menos y, dado que es su única amiga, no sabe en qué invertir su tiempo ese verano en el que sus padres están completamente sumidos en la escritura de una nueva obra teatral. Un buen día, sin embargo, llega una carta de Sloan que contiene una lista de cosas que Emily debería hacer y que ella no haría jamás. Para estar más cerca de su amiga y, también, esperando encontrarla, Emily decide cumplir los retos.
Curiosamente, y sin que Emily lo esperara siquiera, acaba encontrando un inesperado aliado en Frank Porter, un compañero de clase que, aparentemente, es perfecto: tiene una novia diez, amigos, colabora en clubes, saca buenísimas notas... Pero eso es sólo el principio, pues a medida que va cumpliendo la lista, Emily empieza a descubrir que hay mundo más allá de Sloan.
El tema de las listas a cumplir y de los retos es algo que me mola, sobre todo cuando suponen sacar al personaje en cuestión de su zona de confort. También creo que es bastante original y precisamente porque se trata de un punto de partida novedoso, se le perdona el que la situación esté muy cogida con pinzas.
De hecho, una vez más Morgan Matson escribe una historia de auto-superación, de romper con algo que mantiene a su protagonista anclada en una situación que no es buena para ella. En Amy y Roger era la muerte del padre de Amy y el trauma que eso le acarreaba y aquí es más bien el carácter de la propia Emily. Porque Emily es tímida, parada y dependiente hasta unos niveles que dan ganas de abofetearla a ver si espabila y se quita ese pavo inmenso que tiene encima. Es increíble ver lo mucho que depende de Sloan para todo y el poco criterio propio que tiene, sobre todo al principio de la novela y en los flashbacks.
Por suerte, y es uno de los mejores aspectos de la novela, Emily va evolucionando a lo largo de la historia y acaba superando sus propias inseguridades y madurando muchísimo. En ese sentido, Morgan Matson hace un trabajo increíble, pues Emily mantiene su esencia a pesar de volverse mucho más abierta, valiente y decidida.
También me gustó como retrata la amistad entre las chicas. Para que Emily se mantuviera tan fiel a Sloan y la motivara tanto el encontrarla, debía de mostrarse que la amistad entre ellas merecía la pena y lo hace. Personalmente creo que sobra algún que otro flashback (en todos los capítulos hay al menos uno), pero tienen su utilidad: no sólo conocemos a Sloan, sino que vemos como es la relación entre ellas y su dinámica. No siempre actúan bien, tienen sus cosas, pero al menos Sloan intenta espabilar a Emily, aunque a veces abuse de ese poder.
No sé, me pareció una amistad bastante real. No es perfecta, ni idílica, al igual que ellas no lo son, pero sí que se ve lo mucho que se preocupa la una de la otra y lo mucho que la aprecia.
Otro elemento que me gustó cómo está desarrollado es la historia de amor. Si en Amy y Roger la relación entre ellos es algo muy en segundo plano y él está un poco desaprovechado, aquí Frank está mejor desarrollado, al igual que su relación con Emily. A lo largo de la historia ves como se acercan, como se van enamorando y es más una historia de amor al uso. De hecho, tienen escenas muy monas y, en general, su dinámica me gusto bastante.
Ahora bien, estaréis diciendo: ¿por qué no deja de comparar ambas novelas? Bueno, pues porque Morgan Matson repite muchos elementos en ambas. Desde detalles tontos como las listas de canciones que los protagonistas se intercambian, hasta otros aspectos más profundos: el chico tiene una novia con la que no funcionan las cosas, se pasan media vida en el coche, los padres son una figura lejana que no se interpone en el camino de las protagonistas, flashbacks retratando una relación perdida, un pequeño misterio a resolver...
El problema es que, aunque Amy y Roger sí que pecaba un poco de ser lenta, Desde que te fuiste lo es aún más. Le cuesta arrancar muchísimo, dejándonos unos primeros capítulos bastante tediosos. Luego, el ritmo mejora bastante y la novela va in crescendo, pero aún así hay partes en las que se enrolla muchísimo, lo que le quita dinamismo al asunto.
Tampoco ayudaba que los títulos de los capítulos fueran el reto que cumplía. En varias ocasiones te reventaba el pequeño giro del capítulo en cuestión porque Emily se proponía uno, pero acababa haciendo otro y ya lo sabías por el título.
En general, Desde que te fuiste me ha parecido una novela bastante floja, aunque tiene elementos que sí me convencieron (la evolución de Emily y la historia de amor) y también tiene un muy buen final. La novela te va atrapando más y más, mejorando al avanzar, y tiene un final muy, muy bonito, que hace que gane algún que otro punto en mi ranking. Se puede leer, pero me resultó un poco decepcionante después de lo mucho que me gustó Amy y Roger.
El próximo lunes literario estará dedicado a... La luna del leopardo de Nalini Singh.