Desdén

Es una de las actitudes que mayor efecto disonante produce sobre las personas. Su efecto es mucho más negativo que el de las posiciones obstruccionistas, las posturas defensivas o aquellas actitudes que se basan en la crítica.

El desdén es una declaración que conlleva desprecio, indiferencia y condescendencia, y la emitimos tanto desde nuestro lenguaje verbal como desde nuestro lenguaje corporal.

Es más desvastador que la crítica pues la persona que recibe desdén no tiene espacio para defenderse. Por ello, el menosprecio que emitimos o recibimos dispara los mecanismos del estrés y genera respuestas emocionales tales que incluso se pueden llegar a somatizar y devenir en síntomas reconocibles en el plano fisiológico.

El desdén conecta con nuestro padre crítico. Activa esa parte de nosotros que intenta hacernos creer que somos tan malos, feos, locos o malditos que no merecemos ser felices. Conecta con nuestra vulnerabilidad porque la persona que lo emite lo hace desde una actitud jerárquica, y la persona que lo recibe contribuye a este juego en el momento que reconoce y acepta la autoridad de quien le habla desde ese supuesto plano superior.

Desdeñar es una actitud excluyente. Implica el rechazo de la otra persona y el deseo de ser excluido de la comunidad. Contiene la indignación de quien se compara con los demás y necesita construirse un plano superior desde el que sentirse más seguro y más poderoso que las personas que le rodean.

Si usted emite desdén, sea consciente de todo el daño que puede estar produciendo a su alrededor. Piense en toda la disonancia y la emocionalidad negativa que crea con esta arma tan destructiva. Considere también que esos estándares que le hacen superior a los demás son sólo una creencia, una construcción de su mente que no está apoyada en ningún elemento objetivo.

Si usted recibe desdén piense en cómo está contribuyendo a esta situación. Después de todo somos nosotros quien damos autoridad a la palabra de quien nos desprecia. Nosotros elegimos si interiorizamos este desprecio o si lo aceptamos, simplemente, como la opinión de una persona sin autoridad que se construye espacios imaginarios donde proyectar una superioridad que no existe.

Olvídese de planos superiores y planos inferiores. Olvídese de construcciones que nos indican que existen personas mejores que otras. No existen. Son sólo un producto de nuestras creencias.

NOTA

La actitud del desdén, según los expertos, es uno de los mayores predictores del fracaso en las parejas y en muchas otras relaciones. Puede encontrar referencias a ello en Inteligencia Intuitiva, de Malcolm Gladwell. Está publicada en Punto de Lectura.