Revista Insólito

Deseo que seas tolerante

Publicado el 19 septiembre 2019 por Monpalentina @FFroi
Deseo que seas tolerante En su día me emocionó este pensamiento encadenado de Victor Hugo, uno de los escritores románticos más importantes, nacido en Besanzón, Francia, el 26 de febrero de 1802. Al revisarlo hace unos días, aproveché su idea para escribir la entrada del pasado jueves, pero nada que ver con estos consejos que nos brinda este poeta y dramaturgo vecino. Victor fue un prolífico escritor, cuentan los biógrafos que se autoimponía escribir, que madrugaba mucho para hacerlo y que escribía hasta de pie. Seguramente, muchos de sus secretos fueron censurados y destruídos por sus ejecutores testamentarios Paul Meurice y Auguste Vacquerie, menos mal que alguien rescató pensamientos como éstos que hoy recuperamos, en otro jueves más involucrados como estamos en la defensa de Nemat Safavi. Es curioso, cuando Victor lo escribió, nadie hablaba de derechos de autor y, ahora, aprovechándose de la esencia que sueltan éste y tantos otros escritores y artistas de aquellos años, se crean sociedades para expoliarnos por pensar y por transmitirle al mundo, sin ningún tipo de interés, nuestras ideas, que beben en un porcentaje bastante alto de las de tantos artistas y autores que vivieron y murieron en la indigencia más absoluta.
Victor Hugo

Te deseo primero que ames
y que, amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
Y que después de olvidar no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos
y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles,
y que por lo menos haya uno
en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta
para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede nada más,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente te deseo que seas tolerante;
No con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven
no madures demasiado deprisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste,
no todo el año sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa
y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen y que te rodean
seres oprimidos tratados con injusticia,
y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato,
alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas está hecha un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año
pongas algo de ese dinero enfrente de ti y digas:
'Esto es mío', sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera
pero que, si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte
y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer,y que,
siendo mujer, tengas un buen hombre
mañana y al día siguiente,
y que cuando estéis exhaustos y sonrientes,
aún sobre amor para empezar de nuevo.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo nada más que desearte.
HEMEROTECA CURIOSÓN |  10 diciembre de 2009

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