La mañana se presentaba lúgubre, vacía, apagada nuestro querido amigo kyle poco a poco abría los ojos con una dificultoso movimiento de parpados, se movió de un lado a otro de la cama y pensó que su vida daba asco entonces se propuso levantarse primero con el pie izquierdo luego le siguió el derecho, se quedo un rato sentando dubitativo como si una voz le llamaba para volver a dormirse, sin embargo, se levanto procedió a caminar hacia la cocina, tomo un vaso de cristal con las sobras de agua que alguien había dejado, se echo medio vaso de zumo en este caso de melocotón, se lo bebió de una sin dejar ni rastro, como si fuera un bebe con su primera lactancia. Después de un rato sentando en la silla situada más a la derecha de la mesa, se levanto y volvió a su habitación, cogió la primera camisa y pantalón que encontró y se vistió rápidamente y salió por la puerta.
Ya se encontraba en la parada habitual para coger el transporte urbano, pero para él era algo mas, debido a que siempre se encontraba una linda muchacha, con una pequeña sonrisa que le hacía volver a nacer y esa forma de belleza que solo un artista entendería, cada palmo de su cuerpo era perfecto y el no podía resistirse a imaginársela en una cama con una lencería rosada que cubriera mínimamente su delicada y brillante piel. Un deseo inapagable de abrazarla, besarla, acariciarla y nunca dejarla ir. Sin embargo lo único que era capaz de hacer era mirarla no tanto como querría, entonces llegaba el autobús ambos se subían él seguía con sus fantasías mientras tanto también volvía a la realidad y su mayor deseo era bajarse en la parada de su corazón.
No esperes a que la vida hable por ti, coge los deseos y no dejes que se apaguen, lucha por lo que quieres y si pierdes no te rindas, la meta es el corazón.