Se estima que tras el terremoto de Enero de 2010, más de 20 millones de metros cúbicos de escombros aguardan ser retirados en las calles de Haití. Esta cifra se traduce en más de 4 años de trabajos de limpieza y cientos de millones de dólares invertidos. La carencia de maquinaria adecuada y de una gestión sostenible de estos residuos han llevado a pensar en otras posibles soluciones, y a día de hoy, los escombros se cotizan ya en el carísimo mercado de materiales de construcción.
Mediante distintos tipos de trituración con maquinaria relativamente barata y sencilla, y un equipo humano reducido, los escombros comienzan a reciclarse usándose como árido grueso en el hormigón, como árido fino para enfoscar, en la fabricación de bloques, como drenaje, en caminos o como relleno en gaviones formando muros de carga en la construcción de alojamientos.
Ahora es el turno de todos los actores presentes en la reconstrucción de Haití, para incorporar el reciclaje de escombros a sus proyectos, con la componente sentimental añadida de que lo que un día fue este país, forme parte de las nuevas construcciones y de la etapa que comienza.
MªÁngeles Fernández