Desestructuración de Aznar

Como puede hacerse con el arte, la alta cocina o los análisis químicos, la justicia y los medios informativos han comenzado a desestructurar al exprimer ministro José María Aznar, hasta ahora un sólido pedernal, para encontrar distintos compuestos, no todos de primera calidad.

Estos días, y como consecuencia de los casos Gürtel y del expresidente Cajamadrid, luego Bankia, Miguel Blesa, comienza a saberse que supuestamente medió en operaciones que podrían haber favorecido a sus amigos o allegados, como su hijo mayor.

Quien gobernó España desde 1996 hasta 2004, firme y honrado para sus admiradores, presenta ahora debilidades humanas que afectan gravemente a esa honorabilidad.

Era tal el aura que envolvía su figura adusta y felipista, de Felipe II, incluso a pesar de la boda casi real de su hija en San Lorenzo del Escorial, que ni siquiera se criticaban sus cesiones al nacionalismo catalán, tapado por su dureza con el terrorismo vasco, aunque también le hizo concesiones a los presos de ETA esperando su renuncia a las armas.

Sin embargo, con el nacionalismo catalán fue débil como nadie hasta Zapatero y su Estatuto 2006, declarado parcialmente inconstitucional en 2010.

Porque le entregó definitivamente la educación de niños y jóvenes, que el separatismo convirtió en una máquina de propaganda digna de Goebbles; con esa cesión se saltó de una minoría separatista a una posible mayoría ahora.

Igualmente grave es que, tras la Ley de Política Lingüística catalana aprobada en 1998, que discriminaba a los castellanohablantes en educación y comercio, logró que el Defensor del Pueblo no la recurriera al Tribunal Constitucional, como era su voluntad.

Ahora, su nombre aparece cercano a distintos casos de corrupción que, aunque todavía no lo impliquen directamente, aparentan cierta tolerancia con ella y con quienes tenía cerca.

La justicia investiga y, una esperanza de regeneración, prácticamente nadie se libra de ella.

Sigamos la desestructuración de Aznar.

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SALAS