Desfibrilación eléctrica del ventrículo
Aunque un voltaje moderado de corriente alterna aplicado directamente a los ventrículos casi invariablemente produce una fibrilación ventricular, una corriente alterna de alto voltaje que se hace pasar a través de los ventrículos durante una fracción de segundo puede interrumpir la fibrilación haciendo que todo el músculo ventricular entre simultáneamente en período refractario.
Esto se consigue haciendo pasar una corriente intensa a través de electrodos grandes colocados en los dos lados del corazón. La corriente penetra en la mayor parte de las fibras de los ventrículos al mismo tiempo, estimulando de esta manera prácticamente todas las partes de los ventrículos de manera simultánea y haciendo que todas ellas se hagan refractarias. Cesan todos los potenciales de acción y el corazón permanece parado durante 3 a 5 segundos, después de lo cual comienza a latir de nuevo, de modo que habitualmente el nódulo sinusal u otra parte del corazón se convierte en marcapasos.
Sin embargo, con frecuencia sigue presente el mismo foco reentrante que inicialmente había hecho que los ventrículos entraran en fibrilación, en cuyo caso la fibrilación puede comenzar de nuevo inmediatamente.
Cuando se aplican electrodos directamente a los dos lados del corazón, habitualmente se puede interrumpir la fibrilación utilizando 110 V de corriente alterna de 60 Hz aplicada durante 0,1 segundos o 1000 V de corriente continua aplicados durante algunas milésimas de segundo.
Cuando se aplica a través de dos electrodos sobre la pared torácica, la técnica habitual es cargar un gran capacitor eléctrico hasta varios miles de voltios y después hacer que el capacitor descargue durante varias milésimas de segundo a través de los electrodos y el corazón.