Carmen Chacon, la ministra marcial, planea modificar el desfile para que el próximo año (si es que ZP consigue aferrarse al cargo tanto tiempo) el público no pueda abuchear al presidente, algo que solo puede lograrse alejando al primero varios kilómetros o disfrazando al segundo con bata de cola. Dado que la última alternativa no se antoja viable, propongo que celebren el desfile en la Moncloa, algo que resultaría bastante menos gravoso al erario público.
En todo caso, resulta chocante que se preocupen de que se abuchee al presidente y no del porqué. Seria equivalente a que alguien acudiera al médico porque el llanto de su hijo le impide dormir y, en lugar de indagar por qué llora el niño, le recetara tapones para los oídos.