Zoha Arshad /IPS El mundo tiene actualmente unos 7.000 millones de habitantes, y para 2050 serán 9.000 millones. Este aumento también multiplicará las desigualdades que operan contra las mujeres. En su libro “State of the World 2012: Moving Toward Sustainable Prosperity” (La situación del mundo 2012: Avanzando hacia una prosperidad sostenible), el presidente del Worldwatch Institute, Robert Engelman, plantea nueve estrategias que, sostiene, frenarán de modo efectivo la expansión demográfica. Las políticas de Engelman exigen una enorme reestructura de programas políticos y sociales, especialmente dirigidos a las mujeres. El acceso universal a métodos anticonceptivos, educación secundaria para todas las mujeres, erradicación de la tendencia de género que limita las oportunidades económicas y el crecimiento de las mujeres, así como impuestos más altos, son algunas de las estrategias de Engelman para cortar de raíz el auge de la natalidad.
“Hay un vínculo definitivo entre el aumento de la población, los niveles de pobreza y la desigualdad de las mujeres. Si todas ellas pudieran ejercer su derecho a elegir y solo tuvieran hijos cuando quisieran, el ritmo de crecimiento demográfico se estabilizaría”, afirmó.
“Actualmente hay entre 75 millones y 80 millones de nacimientos cada año”, añadió Engelman.
Según este experto, al apartar a las mujeres de la educación y de la esfera pública, el mundo no solo tendrá una población creciente en sus manos, sino también una que no tendrá los recursos necesarios para alimentar, vestir y educar a las futuras generaciones.
El aumento astronómico que se pronostica es inquietante por más de un motivo. El Banco Mundial indica que 1.290 millones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día, una de cada siete pasa hambre a diario y 60 por ciento de las que viven en la indigencia en el mundo son mujeres.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que 22.000 niños y niñas mueren cada día por causas vinculadas a la pobreza.
Aunque el Banco Mundial ha reportado avances desde los años 80, todavía puede no ser suficiente para contrarrestar el aumento de la población y los problemas que conllevará.
Martin Ravallion, director del equipo de investigaciones del Banco Mundial, lo planteó de este modo: “El mundo en desarrollo en su totalidad ha logrado avances considerables en el combate a la pobreza extrema, pero muchos de los que cruzaron la línea aún siguen en realidad en la misma situación”.
“Esta concentración justo por encima de la línea de la pobreza extrema indica la vulnerabilidad que enfrentan muchísimos pobres en el mundo”, apuntó.
“Y con el actual ritmo de avance, alrededor de 1.000 millones de personas todavía vivirán en la pobreza extrema en 2015″, dijo Ravallion.
Las ideas de Engelman sobre los métodos anticonceptivos y la educación universal pueden verse como nada sencillas de lograr, pero sin ellas, sostiene, simplemente no será posible un cambio.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Banco Mundial han enfatizado durante décadas la importancia de la educación, especialmente en materia de planificación familiar y de formación sexual para las mujeres.
Sin embargo, también hay que tomar en cuenta aspectos culturales y religiosos, según él. Derribar estructuras no es algo que pueda hacerse de modo instantáneo.
Más de 75 por ciento de los pobres del mundo practican la agricultura de subsistencia. Cuantas más manos tengan para labrar las tierras, mejor. En países como India, Pakistán y Bangladesh, tener hijos varones es motivo de orgullo y honor. En algunos casos, no es fácil acceder a métodos anticonceptivos en las áreas rurales.
Engelman se apresura a destacar que la desigualdad que padecen las mujeres no se restringe a los países en desarrollo. Las inequidades económicas y sociales existen en todas partes, incluido Estados Unidos, donde ellas todavía ganan 82,2 por ciento de lo que ganan los hombres.
Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, los ingresos semanales promedio de las mujeres fueron de 697 dólares, en comparación con 848 dólares para los hombres en el primer trimestre de 2012.
“Iguales derechos en la esfera pública y privada les conferirán a las mujeres el derecho de hacer sus propias elecciones. El acceso a anticonceptivos y la educación sin duda enlentecerán el crecimiento demográfico, y causarán una reducción en los niveles de pobreza”, dijo Engelman.
En ocasión del Día Mundial de la Población, celebrado el miércoles 11 de este mes, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, divulgó un comunicado en el que enfatizó la importancia de los derechos reproductivos para las mujeres.
“Demasiado a menudo, en demasiados lugares, estos derechos son negados. Millones de mujeres y jóvenes en los países en desarrollo no tienen acceso a la información para planear su familia. Esto no solo es una violación de su derecho a decidir el número, el momento y el espaciamiento entre sus hijos; también es una cuestión de equidad, dado que las mujeres de todas partes deberían tener la misma capacidad para determinar esta parte fundamental de sus vidas”, señaló.
“Los programas de planificación familiar voluntaria representan más que apenas una inversión en salud y derechos humanos”, reza el comunicado.
“La planificación familiar es una de las más exitosas intervenciones en materia de desarrollo, y una de las inversiones más fuertes y redituables que hay disponibles. Reduce la pobreza y permite que los gobiernos inviertan en infraestructura, educación y atención a la salud”, agrega.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional aportó unos 640 millones de dólares, a usarse en planificación familiar.
Estados Unidos también concedió 35 millones de dólares al Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Mientras el aborto y cuestiones relativas a la anticoncepción pasan a un primer plano con vistas a las inminentes elecciones estadounidenses, todavía está por decidirse el futuro de la posibilidad de elegir.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/wap/news.asp?idnews=101194
Publicado por Género con Clase