Informe nº 13 de equidad infantil en el mundo desarrollado
La edición número 13 del Report Card de UNICEF se centra en el efecto de las desigualdades en el bienestar de los niños. Es la segunda vez en seis años que la agencia de la ONU aborda este mismo asunto, pero el contexto del análisis –con una grave crisis de por medio– justifica la pertinencia de este enfoque.
Se han analizado 41 países de acuerdo a cuatro variables esenciales: ingresos, educación, salud y satisfacción vital subjetiva. El informe incorpora datos actualizados procedentes de instituciones internacionales como la OCDE (informe PISA y encuestas nacionales de condiciones de vida), así como los resultados de las ambiciosas encuestas realizadas por la Organización Mundial de la Salud.
Para medir la metodológicamente la desigualdad Report Card contesta la pregunta ¿a qué distancia están los niños en peor situación con respecto al nivel medio?
Es decir, se mide la brecha existente entre los niños y niñas que se encuentran en el nivel más bajo de la tabla y aquellos en los valores medios, cuantificados por la mediana, en los términos de ingresos, educación, salud y satisfacción en la vida.
El informe también estudia hasta qué punto las instituciones permiten que los niños se queden atrás en estos aspectos.
Los niños pobres del mundo desarrollado
La brecha entre los ricos y los pobres se encuentra en su nivel más alto desde hace 30 años en la mayoría de los países de la OCDE.
Además, en todos estos países el riesgo de caer en la pobreza, que era mayor para los ancianos hasta la década de 1980, amenaza ahora principalmente a los jóvenes y a la infancia.
En la desigualdad social entre los niños, las circunstancias sociales y económicas a las que se tienen que enfrentar son ajenas a su control y los obstáculos socioeconómicos en las primeras etapas de la vida aumentan el riesgo de obtener menos ingresos, padecer más problemas de salud y carecer de las aptitudes y habilidades suficientes en la edad adulta. Además, si esta situación no se corrige puede perpetuar las desventajas y reproducir la situación durante generaciones.
En las tablas clasificatorias que incluye el Report Card de UNICEF se ordenan los países considerando hasta qué punto se deja que los niños que están en la parte baja de la distribución se queden descolgados con respecto a sus pares, en cuanto a ingresos, educación, salud y satisfacción en la vida.
También se ha elaborado una tabla clasificatoria general de la desigualdad respecto al bienestar infantil en la que se resumen los resultados en esas cuatro dimensiones.
Las mediciones de la desigualdad de las tablas clasificatorias se contextualizan mediante el uso de indicadores que recogen la cantidad de niños en cada país con ingresos reducidos, un rendimiento educativo insuficiente, mala salud o niveles de satisfacción vital bajos. De esta manera se obtiene una panorámica más amplia del grado de respeto de los derechos del niño en los países ricos.
Desigualdad infantil en España
En mayo de 2012 UNICEF Comité español publicó su segundo informe bienal sobre la situación de la infancia en España bajo el título “El impacto de la crisis en los niños”. En él se analizaban los diferentes aspectos que estaban incidiendo negativamente en el bienestar de los niños como resultado de la crisis, reflejados tanto en el incremento de la pobreza infantil, en la reducción de los recursos destinados a servicios básicos para ellos, como en los indeseables escenarios domésticos en los que se encontraban o se podrían encontrar muchas familias con hijos.
Desde entonces, la gran mayoría de indicadores sociales respecto a la situación de la infancia no han hecho sino empeorar.
Al incremento del riesgo de pobreza se ha unido el continuado aumento del desempleo en los hogares con niños y los cada vez peores datos de privación material en los hogares, poniendo a prueba la capacidad de las familias para garantizar el bienestar de los niños.
La desigualdad infantil en España en función de los ingresos de las familias nos sitúa a la cola de los países desarrollados
Según el informe elaborado por UNICEF Equidad para los niños. El caso de España, somos el sexto país con más desigualdad infantil en materia económica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y el cuarto de la Unión Europea (UE), tan solo por delante de Rumanía, Bulgaria y Grecia.
Más de un tercio de los niños españoles vive en riesgo de pobreza o exclusión social pero, pese a ello, España es el país de la UE que menos porcentaje del PIB dedica a las prestaciones monetarias para familias e infancia: un 0,5%, menos de un tercio de la media europea.
Los casos de riesgo de malnutrición infantil o de escasa calidad de la alimentación de los niños en los hogares pobres muchas veces son difíciles de cuantificar, pero si son detectados por las organizaciones de intervención social y en algunos casos asumidos por las administraciones públicas e instituciones.
España es también uno de los países con menos gasto en protección social a los niños y sus familias: un 1,4% del PIB, frente al 2,3% de la media comunitaria, el 3,7% de Dinamarca, el 3% de Irlanda o el 2,5% de Francia.
Las políticas de austeridad presupuestaria han reducido, en términos generales, los recursos económicos en los ámbitos de las políticas educativas y sociales que afectan especialmente a la infancia
Aunque los datos nos sitúan en la media de países de la OCDE en cuanto a desigualdad infantil en salud y educación, en términos de satisfacción vital la desigualdad ha crecido en los últimos años, afectando especialmente a las niñas y el colectivo infantil de inmigrantes. (Report Card 13 de Innocenti: Equidad para los niños. Una tabla clasificatoria de la desigualdad respecto al bienestar infantil en los países ricos. UNICEF, 2014)
Pacto de Estado
Por este motivo, UNICEF plantea desde el informe La infancia en España la necesidad de repensar el valor social de la infancia y en el eje de estos cambios necesarios en las políticas está la tarea urgente e importante de replantearse quién y en qué medida asume los costes de la infancia, y si somos capaces de ver ese coste como una inversión, no sólo de las familias -que ya lo hacen- sino de las administraciones públicas y de toda la sociedad. Redefinir cuál es el papel de los actores privados y públicos en el cuidado y desarrollo de los niños y cuál es el valor social que como país atribuimos a la infancia, es un tema de enorme calado, que debe pasar por la aplicación de políticas estables y duraderas más allá de las alternancias políticas. (La infancia en España, 2014. El valor social de los niños: hacia un Pacto de Estado por la Infancia. UNICEF Comité Español, 2014)
UNICEF reclama la urgencia de alcanzar un Pacto de Estado por la Infancia que tenga en cuenta las siguientes propuestas recogidas en el informe:
- Prestación por hijo de 1.200 euros anuales, empezando por los hogares con menos ingresos.
- Becas escolares, apoyo educativo y educación de 0 a 3 años accesible para todos y gratuita para los hogares con menos recursos.
- Garantizar el acceso universal a la salud y los medicamentos.
- Tomar en serio el bienestar infantil subjetivo: realizar un barómetro de infancia.
- Mejorar los indicadores y el seguimiento público de la desigualdad, en especial la de la infancia.
Referencias.-
España es el cuarto país de la UE con más desigualdad infantil (UNICEF España)
Equidad para los niños: el caso de España (Informe UNICEF, 2014) PDF
Los niños del mundo desarrollado. Equidad para los niños. Una tabla clasificatoria de la desigualdad respecto al bienestar infantil en los países ricos.
Report Card n.º 13 de Innocenti. UNICEF, 2014) PDF
LA INFANCIA EN ESPAÑA 2014. El valor social de los niños: hacia un Pacto deEstado por la Infancia.
UNICEF,Comité español, 2014) PDF