"Soy obeso, es culpa de mis genes"
Es cierto que uno de los varios factores que influyen en el desarrollo de la obesidad es la herencia genética. Aún y así, no se le puede achacar toda la culpa a un problema genético. Veamos:En el artículo, Debora Cohen nos explica que entre el año 1980 y el año 2000 el número de americanos que padecen obesidad se ha doblado. Y apunta que es un crecimiento demasiado rápido para que los factores genéticos sean responsables. Entonces, ¿cuál es la respuesta a este crecimiento exponencial? Comemos más que antes porque podemos comer más que antes.
En los últimos años la gente come fuera de casa mucho más de lo que se hacía anteriormente. Existen todo tipo de restaurantes, cadenas de comida rápida, máquinas expendedoras, bares y una larga lista de sitios donde a cambio de unos cuantos euros te dan muchas calorías.
Comer fuera supone, habitualmente, consumir más calorías que hacerlo en casa. Pero está claro que la sociedad en la que vivimos y la industria del consumo no deja de desarrollar miles de productos calóricos y sabrosos, acompañados además de acertadas y efectivas campañas de marketing y publicidad para animar el consumo innecesario.
Entonces, ¿es culpa de los genes padecer obesidad o es culpa de nuestro control, nuestro entorno y de nuestros hábitos alimenticios? Podemos modificar nuestros hábitos, podemos comer más en casa y podemos dejar de comer fuera. Podemos evitar comer comida basura pero no podemos cambiar nuestros genes.
Si has fracasado en el intento de cambiar tus hábitos alimenticios, una opción es ponerse en manos de especialistas en tratamientos de la obesidad. A través de un tratamiento personalizado y de un seguimiento pueden lograr que cambies tus hábitos alimenticios y consigas la pérdida de peso deseada.