Resulta sorprendente como los mantras que se repiten se tienden a olvidar rápidamente. Durante años hemos escuchado a decenas de gurús y bastantes policymakers afirmar que la solución al desempleo era ser emprendedor. Que ser asalariado es muy cómodo y lo que en este país faltaba gente que emprendiera, montara un negocio y creara riqueza.
Este mantra junto con la parafilia que tiene casi todos los políticos en defender la pequeña y mediana empresa frente a las grandes, es algo que ha marcado lo que he venido a llamar el discurso mágico del “emprendedor” de los primeros años de la crisis.
Pasado unos años, al parecer, lo de ser emprendedor ya no está de moda. Debemos tener ya los emprendedores que necesitábamos o se ha agotado la idea… Pero podemos ponernos a analizar si realmente ser emprendedor ha sido una salida mejor que intentar ser asalariado. Los datos nos dicen lo contrario. Comprobando los datos en un mes fijo (en este caso Marzo, por ser el que tenemos los últimos datos publicados), se puede conseguir las siguientes gráficas.
Afiliados a la seguridad social por cada régimen, los meses de marzo. Base 100 es el número de afiliados en cada régimen en marzo del 2009. Fuente: Idescat, basado en datos del SEPE
Como podemos ver, tanto los afiliados al régimen general como al de autónomos ha estado bajando sistemáticamente desde 2009 hasta 2013, para tener una pequeña recuperación en el 2014.
La evolución ha sido casi pareja hasta el 2013 donde el régimen de autónomos ha tenido un comportamiento ligeramente mejor.
Antes de que los adalides de los emprendedores salten de alegría por el dato ligeramente mejor entre 2013 y 2014 en el régimen de autónomos respecto al general, que se fije en que sector ha aumentado el número de trabajadores autónomos (hostelería) y que no se lleve a engaño, son basicamente falsos autónomos, gente que les hacen un contrato mercantil en lugar de uno laboral.
Es decir, el mito del “emprendedor” ha sido eso… un mito, un “soma” con el que drogar las consciencias durante unos años e incluso trasladar cierta culpabilidad a los trabajadores que no encontraban empleo de que era por culpa suya. Una manera de que algunos policymakers se desentendieran de las políticas activas de empleo.
Con esto no quiero decir que para algunas personas hacerse autónomo y montar su negocio no fuera una solución, pero no ha sido mejor o peor solución que los que han dejado de ser autónomos para intentar buscar un trabajo de asalariado o los que han mantenido su situación de trabajadores por cuenta ajena.
¿Dónde está todo ese crecimiento en el autoempleo y en el de emprendedores que incrementaría nuestra riqueza y la productividad del país? Se lo contaré, son camareros, trabajadores de refugios, guías turísticos, trabajadores de la limpieza que les obligan a hacerse autónomos para pagarles una miseria y reducir costes.
La crisis no ha generado “emprendedores”, esa era una mentira original que muchos han repetido hasta la saciedad, sino parados y devaluados, y ha profundizado las diversas formas de dualidad. En este caso la de los falsos autónomos. Fíjense que hoy ya el término “emprendedor” casi ha desaparecido del discurso político, ya ha cumplido su objetivo.