Desnudando la Vuelta a España 2015 (I). Tres magníficos finales de etapa inéditos y en alto.

Inédito es el adjetivo que buscaba la organización de la Vuelta a España. Llevaba tiempo intentándolo, apostando mucho últimamente por finales durísimos en alto (La Camperona, León, en 2014 por ejemplo) que, bien es verdad, dejaban bastantes veces un sabor agridulce: victorias espectaculares para diferencias intrascendentes en la general, producto de la llegada masiva de corredores al pie de la última cuesta de cabras del día. Las diferencias luego vendrán en los recorridos más inesperados (Fuente Dé en 2012, Formigal en 2013...).

Ya les anticipamos que la Vuelta 2015 no será así, independientemente de su desenlace. Hay nueve finales en alto, algo nada descabellado teniendo en cuenta que muchos se encajan en etapas de media montaña y que no hay ¡ningún final en los últimos cinco días! La exclamación no es sarcástica: serán cinco días de puro ciclismo con etapas muy bien diseñadas, como la de la sierra madrileña (Navacerra-Morcuera-Morcuera-Cotos y final en Cercedilla) o la etapa que sale de Roa, epicentro de las viñas del Ribera de Duero, y concluye en Riaza tras más de 200 kilómetros espléndidamente trazados a lo largo de la temible provincia de Guadalajara. Esto sí que es inédito, y no esos altos imposibles con los ciclistas sacando la chepa.

En este primer capítulo, vamos a dar nuestra opinión sobre tres finales de etapa en alto ya planificados para la Vuelta que se avecina; las tres son cumbres nunca holladas en anteriores rondas ibéricas.

Etapa 11. Andorra la Vella / Cortals d´Encamp. Este post habla de finales de etapa y sí, el Cortals d'Encamp, ensamblado en una etapa bufa de 138 kilómetros transcurrida íntegramente en el Principado de Andorra, tiene todos los visos de convertirse en un coloso: 13,2 kilómetros al 7,3% (cinco seguidos que no bajan del 9%) y llegada a más de 2.000 metros de altitud. El problema es el encaje que se ha hecho de este y todos los demás pasos montañosos, un especial, cuatro primeras y un segunda dentro de una distancia minúscula. Se la vende como una de las "mejores etapas de la historia de la Vuelta a España", pero aquí no lo vemos así. Este tipo de etapas no suelen crear grandes huecos en la clasificación general porque el ciclismo solo precisa de una dosis de resistencia y mesura para que sucedan imprevistos. Y la etapa que surcará el diminuto país pirenaico es la desmesura pura y dura.

Etapa 14. Vitoria / Alto Campoo. Fuente del Chivo. Esta sí. ¡Quién se resiste a deleitarse con una etapa de 214 kilómetros! Alto Campoo, la estación de esquí cántabra por excelencia, ya se había subido en anteriores ediciones de la Vuelta, pero la llegada en Fuente del Chivo es inédita, ya que en anteriores ocasiones la meta estaba situada 5 km más abajo, en Brañavieja. No será el puerto más duro de España, pero sí uno de los grandes, bastante olvidado por cierto: 21 kilómetros al 5%, con un 6% continuado a partir del octavo kilómetro y haciendo cumbre a muy poquito de los 2.000 metros. Hay quien ha escrito que hay mucho llano entre el descarnado Puerto del Escudo, penúltimo del día, y la meta, pero no lo creemos. La longitud y la dureza de la etapa pueden ahogar a más de un favorito en Alto Campoo.

Etapa 16. Luarca / Ermita de Alba. Quiros. Se cierra el tríptico del macizo cantábrico de la Vuelta y nos hemos dejado otro puerto inédito, Sotres Cabrales. Pero nos parece más interesante la siguiente etapa con final en Quirós, en el Santuario de la Virgen de Alba (a 1.160 metros), el único en Asturias sin acceso por carretera. Situado bajo la Peña de Alba, desde la que se puede divisar el mar, esta llegada clavada en la Asturias interior en un concejo limítrofe con León es una burrada de 6,5 kilómetros a más del 11%. El último tramo parece que está hecho de hormigón, con rampas del 30%. Causará mella, porque es durísimo y porque viene el día tendrá 184 kilómetros y otros seis puertos antes, con los difíciles Cordal y Cobertoria. Tras esta jornada, la Vuelta a España 2015 aparcará los finales en alto por una tercera semana distinta y no menos dura.