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por admin2 febrero, 2015
Comentábamos en el anterior post sobre la próxima Vuelta a España 2015 que esta vez la ronda española apuesta de verdad por un recorrido diferente. Menos finales en alto (nueve en total contando los puertos de segunda y tercera, y ni eso) y un diseño muy equilibrado, con varias etapas pasando de 200 kilómetros, zonas óptimas para emboscadas e invitaciones al ataque lejano. El ciclismo es un deporte de resistencia y el ataque su mejor seña: por eso nos parece mejor esta Vuelta que las anteriores, abonadas a repechos finales imposibles con diferencias a cuentagotas entre los favoritos.
La organización de la Vuelta ha planteado para esta edición algo distinto, como lo son los cinco últimos días sin final en alto. ¿Menos duros? En absoluto. Llegadas en bajada tras un puerto duro, perfiles largos y exigentes, espacio para atacar: la Vuelta apunta a otros objetivos, una apuesta muy bien tirada.
Por eso y tras analizar en el último post tres estupendos finales en alto (las nueve cotas son inéditas en la Vuelta), vamos a analizar ahora el diseño de tres etapas muy bien trazadas en nuestra opinión. Ahí van.
Etapa 7. Jódar / La Alpujarra. Son 190 kilómetros entre Jaén y la Alpujarra granadina, precedidos de otros 205 kilómetros por Jaén y sus olivos, olor perenne a aceite, y final en el nada duro puerto de Cazorla. El Alto de Capileira, cuyo pueblo homónimo es de una belleza sin igual, servirá no solo para vender las bondades alpujarreñas al turista: puede crear las primeras diferencias ya que el final está a 1.500 metros y el recorrido es sinuoso. Una zona frondosa y rica bastante retirada de la civilización pese a su cercanía con Granada: Bubión, Capileira, el Barranco de Poqueira... Un acierto.
Etapa 18. Roa / Riaza. Etapón de más de 200 kilómetros tras haber dejado atrás las serranías de Andalucía, algún puerto del Levante, la locura de etapa de Andorra y el tríptico del macizo cantábrico. En esta ocasión, la etapa transcurre entre las provincias de Burgos y Segovia, pero el grueso está en Guadalajara. ¡Y qué grueso! Con un recorrido que discurre entre las Sierras Norte y de Ayllón, la Vuelta ha diseñado un perfil sin ningún tramo llano y el durísimo Puerto de la Quesera a muy poco de meta. No se confundan con el recorrido: la etapa es óptima para atacar.
Etapa 20. San Lorenzo de El Escorial / Cercedilla. La Vuelta nos tiene acostumbrados a una última etapa de montaña con final en un alto de categoría extrema. Pero este año se hará una feliz excepción, y esperamos que el intento salga bien. No, la etapa de la sierra madrileña no será la más dura del mundo, pero viene al final de la Vuelta, tiene kilometraje, contiene puertos históricos de Guadarrama y lo mejor: hay espacio, mucho espacio para atacar antes del rapidísimo descenso de Cotos hacia Cercedilla. Un acierto.
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