Revista Educación

‘Desodiar’

Por Siempreenmedio @Siempreblog
‘Desodiar’

El azar tiene estas cosas. Como las palabras las carga el diablo, lo primero que tengo que decir es que he tenido la suerte de nacer en una familia llena de amor, por lo que me es complicado entender a los protagonistas de la película y el libro que me coincidieron, el pasado fin de semana, sin motivo aparente.

‘Desodiar’

En ambas historias, duras a rabiar, dos chicos jóvenes, de esos que empiezan a tener que tomar las decisiones que les pueden cambiar la vida para siempre, abordan un viaje para "desodiar" a sus madres. La película Una Elegía Rura l, dirigida por Ron Howard, se ha llevado tantas críticas que es una firme candidata a la peor película del año. El problema es que se pasea por esa fina línea que separa un buen drama de una película de sobremesa, ideal para la siesta. Howard no termina de definirse, porque muestra a las claras que el sistema americano no sabe de ayudar a sus ciudadanos a superar adicciones pero, al mismo tiempo, glorifica al protagonista como ejemplo del supuesto mismo sueño americano que condena a barrios enteros a caer en las drogas y la miseria. Entre los placeres que ofrece, entender que todos podemos caer en una situación semejante y disfrutar de la interpretación de Glenn Close, que se come la pantalla, dando vida a una abuela que es víctima, verdugo y salvadora al mismo tiempo.

Y si, vista la crítica unánime, deciden no gastar dos hora de su disputado tiempo en esta película (disponible en la plataforma Netflix), sí les recomiendo a pies juntillas que las pasen con este libro: El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. Aleksey es un joven con una grave enfermedad mental que odia a su madre y extraña hasta esa misma locura a su hermana pequeña. La autora de esta novela, la rumana Tatiana Tibuleac es tan directa como la vida, que no sabe de merecimientos ni culpas, de injusticias ni premios. Aleksey y su madre pasan un verano juntos y de la dureza surgirán algunas flores y de la belleza volverá a nacer la pérdida. Un camino para aprender a "desodiar", que culmina en un final sublime (con lo difícil que es terminar una historia), que, en apenas unas líneas, niega toda la vida para así desvelarla. Nadie es perfecto, ni falta que hace.

‘Desodiar’

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