Quienes sufren profundamente por estar a favor o en contra de la carta de los obispos vascos sobre Batasuna y el apoyo que le dio la Conferencia Episcopal corren el peligro de padecer una afección mental conocida como “desorden obsesivo-compulsivo” (DOC).
Es una mal que afecta más a los católicos comprometidos que a los menos preocupados por el pecado y el castigo, o que a los agnósticos, según el último número de la revista científica Behaviour Research and Therapy (vol 40, p 813).
Una investigación, dirigida por el profesor Claudio Sica, de la universidad italiana de Parma, comparó a pacientes del DOC, católicos muy fervientes e inquietos por el pecado y la virtud, con personas religiosamente más tibias.
Encontró que cuanto más acusada era la inquietud piadosa, por ejemplo entre sacerdotes y monjas, mayor era la propensión a padecer el DOC, enfermedad que se manifiesta en ideas estrictas, temores, pensamientos recurrentes y persistentes, e impulsos o imágenes no deseadas de la maldad..
El DOC crea una angustia irreal e irracional que se muestra con un comportamiento repetitivo, con la realización de actos mentales, como contar o repetir palabras en silencio, o físicos, como lavarse las manos asiduamente, acumular cosas, ponerlas en un orden determinado, y comprobar algo repetidamente.
Es de suponer que la insistencia de los periodistas en tratar este debate no sea porque padezcan DOC, sino la consecuencia natural de su trabajo; aunque, nunca se sabe.