Existe un cuadro bastante común en pacientes mayores luego de una cirugía, pero del cual se conoce poco sus causas y consecuencias a largo plazo, y que por lo mismo, poco se conversa con el paciente y sus familiares antes de una cirugía. Es la Disfunción Cognitiva Postoperatoria, un cuadro de desorientación y deterioro de las función neurocognitiva (memoria, pensamiento, control de emociones y esfínteres, etc) de grado y duración variable. Puede presentarse durante uno o dos días o ser permanente, y se asocia a mayor mortalidad a largo plazo, debido a la alteración de la calidad de vida y autovalencia del paciente.
(cc) Bruno Unna
Habitualmente se inicia en el postoperatorio inmediato de una cirugía, y mientras mayor es la cirugía, mayor es la posibilidad que se presente. Se desconoce exactamente qué lo ocasiona, pero se sospechan varios factores, entre ellos la edad, el tipo de anestesia, el cambio del medio ambiente habitual (sacarlo de la casa y hospitalizarlo en una sala desconocida), el stress quirúrgico, drogas, etc. Puede verse más con anestesia general, pero también se presenta con anestesia espinal; es más frecuente en cirugía cardíaca y menos en cirugías menores; la cirugía ambulatoria, en la cual el paciente vuelve a pasar la noche a su hogar puede disminuir este riesgo; mientras más añoso el paciente, más riesgo, al igual que si ya existe cierto deterioro basal previo, esto tiende a aumentar. Desafortunadamente no sólo la cirugía ocasiona un cuadro así, ya que puede verse también en pacientes hospitalizados por causas médicas no sometidos a cirugía y ahí se postulan otras variables en juego.
El cuadro típico es un paciente previamente orientado, cooperador y autovalente que luego de la cirugía, en la Sala de Postoperados, comienza con agitación psicomotora, desorientado, a veces agresivo. Pueden llamar a algunos familiares o confundir a alguien con otra persona, querer quitarse las vías venosas y levantarse, sentir que los quieren matar, etc. Habitualmente creen que están en su casa y no reconocen una sala de hospital. La agitación puede ser grave y requerir inmovilización física e incluso sedación, ya que atenta contra su propia seguridad. Se ha sabido de pacientes que se han lanzado abajo de la cama, con lesiones y fracturas, incluso muerte.
El pronóstico es bastante variable. Tiende a revertir con los días, aunque un porcentaje no menor jamás recupera el nivel basal previo. Pueden quedar con déficit de memoria y menor habilidad para concentrarse. La presencia de Disfunción Cognitiva Postoperatoria a la semana no se relaciona con mayor mortalidad al año, pero si existe a los 3 meses postquirúrgicos, la mortalidad es significativamente mayor dentro del primer año. La sola presencia de deterioro a la semana de la cirugía se asocia a abandono del mercado laboral y jubilación precoz, pero no a necesidad de apoyo de enfermería en el hogar, probablemente debido a que son pacientes sin demencia previa.
Como mencioné, desafortunadamente no se conversa con el paciente ni sus familiares esta complicación, que a muchos familiares los asusta al encontrarse con un paciente agitado, amarrado y que no los reconoce. Hay que tener paciencia, esperar cierta reversión del cuadro, pero también tener claro que el paciente puede quedar con cierto grado de deterioro.
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