Andaba yo anoche ultimando mi crónica biotec 2010 sin sospechar que ésta iba a quedar pospuesta por la triste noticia de la muerte de Josep Catalá*, que hemos confirmado desde Cultura Biotec hace unos minutos.
Dicen que a los grandes escritores es la tristeza la que inspira sus mejores obras. Será porque nunca me he considerado una gran escritora, sino una simple observadora de la realidad que me ha tocado vivir, o por mi carácter optimista. Pero desde que comencé mi andadura en Cultura Biotec este es el post que más me está costando escribir.
Nos deja un gran científico, un gran divulgador, un gran amigo. Un hombre culto, valiente y divertido. La mente más lúcida con la que he tenido la suerte de coincidir a lo largo de mi carrera profesional. Políticamente incorrecto. Por supuesto que políticamente incorrecto. Milagrosamente, políticamente incorrecto.Fue mi compañero, colaborador y amigo en los diez años que trabajé en Fundación Antama. Muy rara vez se perdió alguna de nuestras actividades o viajes de prensa. Podría citar algunas de sus anécdotas más políticamente incorrectas aquí, pero no vienen al caso. Quizás a otras personas en el lugar que ocupaba como directora de comunicación les hubiera supuesto un problema o trastorno. Sin embargo en mí siempre inspiraron una admiración y respeto infinitos.
Siguió siendo mi amigo después, demostrándome el mismo cariño que siempre, sin dejar que las circunstancias que ya no eran las mismas supusieran una barrera entre nosotros. Por supuesto, con su particular forma de dar cariño. Ni dos besos ni presentaciones tontas. Directamente a comentar la jugada. A diseccionarla, más bien.
El destino nos fue esquivo y no pudimos saludarnos ni en Biospain ni en la presentación del libro “Biotecnología: vida al servicio de la vida”. Hace unos días comentaba en broma en la lista Biotec que le ví pasar como una aparición entre el público y luego pensé que habría sido mi imaginación y que su espíritu había querido estar conmigo. Hoy aquellas palabras que parecen profecía me producen un hondo escalofrío. Y si entonces lamenté no haber podido saludarle hoy todavía lo hago más.
Nos queda su memoria, sus recuerdos, su inmensidad científica y su ácido, certero y culto sentido del humor. Él hubiera querido que siguiéramos en la lucha por la libertad, la verdad y la ciencia.
Josep, te prometemos seguir aquí. Te lo debemos. Pero que sepas que nos has dejado huérfanos. Y profundamente tristes. Porque de valientes políticamente incorrectos andamos hoy muy muy escasos.
*Josep Catalá era Doctor en Biología e Ingeniero Químico. Además de director de la agencia de noticias Tecnopress, científico y periodista.