Este sábado Xavi y yo hicimos una fiesta de despedida de amigos.
No puedo estar más contenta, estoy inmensamente agradecida por todas las personas que pudieron venir (¡más de 50!) y nos dedicaron su tiempo para darnos un adiós tan cálido. Fueron muchos los regalos, los deseos de buena suerte, los consejos, y por mi parte, las lágrimas de emoción y de tristeza. No quiero dejar de tenerlos en mi día a día, no quiero dejar de disfrutar de sus cafés, confidencias y consuelos, cenas de innaguración de algún piso, de escapadas a casas rurales, de fiestas de todo tipo, cunpleaños, de encontrármelos por el barrio e improvisar unas cervezas, de que me llamen porque les ha pasado algo o porque hace demasiado tiempo que no nos vemos… Puedo sentir que un trocito de mi corazón se desprende y sufre con cada abrazo de despedida, es casi físico…
En fin, sólo pensar en la aventura
que me espera me permite respirar un poco, pensar en los niños de Shekinah y de tantos otros sitios a los que voy a conocer e intentar compartir con ellos tanto cariño y amor que me llevo.Mil gracias a todos, los que pudísteis venir el sábado, los que nos hemos visto a lo largo de estas últimas semanas, y los que me habéis dado vuestro apoyo por teléfono e email. Gracias por participar de este sueño, no sabéis cómo de importante es para mí que estéis aquí. Os quiero
PD: Faltan muchas personas en las fotos, cuando las tenga actualizo el post