Cerca de doscientas personas se reunieron el pasado lunes en la Puerta del Sol para celebrar la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Como si fuera nochevieja, algunos, vestidos de cotillón, corearon cánticos contra Esperanza Aguirre y su gestión en el gobierno regional y descorcharon botellas de champán, mientras que otros lanzaron serpentinas y papeles de colores entre ruidos de pitos y cánticos. Esperanza vuelve a supuesto de funcionaria del Ministerio de Industria, en donde, al menos, se acabarán los problemas para llegar a fin de mes con su “escaso” sueldo de presidenta de la Comunidad de Madrid. Ahora cobrará lo que reciben esos “ricachones funcionarios” a los que no ha dudado en recortarles el sueldo y subirles la jornada laboral, además de intentar suprimirles esos odiosos y molestos sindicatosque tantas huelgas convocan. Esperanza Aguirre dimite, se va, se escapa. Y ha elegido el momento y las explicaciones justas. “Ella, que tan bien ha sabido manejar durante toda su vida política el juego entre los posados y los robados orales –escribe Bob Pop en Maspúblico.com– se marcha tras una rueda de prensa donde pareció haber dicho solo lo que quería decir, a la vez que se le escaparon los quiebros de la voz. Esperanza. Los micrófonos. Esperanza, que ejerció tan bien un rol tan difícil: el de villana del humor”.
“Adiós, Espe –le recuerda Schevi, en su web Celtibético–. Hoy nos has dejado estupefactos con tu dimisión, por nadie esperada. Espero que no sea por tu salud, no te deseo mal alguno en lo personal. Como a nadie se lo he deseado. Aunque tú dijeses alguna vez que a alguien habría que matarlo. Sería triste que ahora que tu partido quiere recortar también en los diagnósticos sobre el cáncer de mama, tú empeorases y te vayas por eso. Tú, tan partidaria de los recortes. Con lo que te están sufriendo los profesionales de la salud y los pacientes madrileños con escasos recursos, gracias a la política liberal que has implantado en la Sanidad madrileña. Dices que vuelves a tu puesto de funcionaria del Ministerio de Industria (menos mal que no es de Justicia, donde el ‘hijoputa’, ya me entiendes). Ahora tendrás que hacer frente al dichoso copago. Ya se te acabarán los problemas para llegar a fin de mes con tu ‘escaso’ sueldo de presidenta de la Comunidad de Madrid. Ahora cobrarás lo que recibe cada uno de esos "ricachones funcionarios" a los que también hay que recortarles el sueldo y subirles la jornada laboral, además de suprimirles esos odiosos y molestos sindicatos que tantas huelgas te convocaban. Ahora podrás tomarte cafelitos y leer el periódico varias veces al día, como dice tu antiguo Consejero de Economía y actual Secretario de Estado de Administración Pública del gobierno de Rajoy. Tu querido Rajoy. Ese al que abroncaste en el Comité Ejecutivo Nacional del PP, junto a otro ‘joven cachorro liberal’, Mayor Oreja, por la puesta en libertad de Uribetxebarria Bolinaga. Volviendo a las andadas de 2008, cuando le intentaste mover el sillón de la presidencia nacional del PP. ¿Tendrá algo que ver esto con tu salida sorprendente de la política en primera línea?
“Ahora –le recuerda Schevi–, podrás tomarte cafelitos y leer el periódico varias veces al día, como dice tu antiguo Consejero de Economía y actual Secretario de Estado de Administración Pública del gobierno de Rajoy. Tu querido Rajoy. Ese al que abroncaste en el Comité Ejecutivo Nacional del PP, junto a otro ‘joven cachorro liberal’, Mayor Oreja, por la puesta en libertad de Uribetxebarria Bolinaga. Volviendo a las andadas de 2008, cuando le intentaste mover el sillón de la presidencia nacional del PP. ¿Tendrá algo que ver esto con tu salida sorprendente de la política en primera línea?
“Tendrás tiempo de irte a echar unas partiditas y fumarte unos puritos al futuro casino-puticlub (como dice el presidente de Kutxabank) que has conseguido para tu comunidad, el que va a hacer ese generoso mecenas de la extrema derecha norteamericana, con la que tanto simpatizas. Porque, si hay que cambiar las leyes, se cambian, que para eso vas a nombrar heredero a tu consejero fiel, tu número dos, ese que no sabemos quién le espió, pero que (¡oh casualidades!) no se llevaba bien con tu otro delfín (Paco Granados), y le costó al último el puesto. Y tendrás tiempo de llevar a tus nietos al colegio, privado por supuesto, que tú eres una señorita de buena familia, y no los llevarás a esos colegios públicos tan pobretones y llenos de inmigrantes, que deberían estar solo de chachas en palacio. Ya no nos enteraremos de la trastienda del Tamayazo, esa otra ‘casualidad’ que te aseguró la presidencia madrileña. Una pena, con lo que a ti te gusta la libertad de información, como prueba que tú misma ‘dirigieses’ a los corresponsales de Telemadrid, la televisión ‘más objetiva y liberal de España’. La mayoría absoluta y tu veteranía (treinta años en cargos políticos) te han permitido salirte con la tuya. Los que tenían que dimitir eran siempre otros, los que llevaban mucho tiempo en el cargo, eran siempre otros. Incluso vas a nombrar, según se dice, sucesor, como los reyes o las reinas. El que Griñán sucediese a Chaves en Andalucía fue un fraude al electorado (según tu partido), cuando éste renunció para ir al Gobierno de Zapatero. Que suceda igual en Madrid es ahora una muestra de responsabilidad y buen hacer en tu caso (según el presidente de tu partido en Andalucía). En fin, esos políticos tenemos. Tal vez no soportaras la subida del IVA, después de ese ‘peaso campaña’ (como diría Chiquito de la Calzada) con la que recogiste miles de firmas hace tiempo. Alguno dirá que eso es coherencia. A mí me parece poco motivo. Total, si se trata de incumplir el programa electoral, ya queda poco para acabar con él. Además has dicho que te vas por motivos personales, y ya sabemos que tú, como la mayoría de tu partido, siempre dices la verdad”.
Pero, ¿por qué se va la lideresa? ¿Por qué se aleja de la política?Imposible saberlo con exactitud. Carmen Remírez de Ganuza afirma en El Mundo que “Esperanza se va harta”. El por qué es evidente: “El ‘portazo’ sucede a las discrepancias y tensiones con el Gobierno de Rajoy”. Dejemos que defiendan los periodistas que más la admiraron. Fernando Sánchez-Dragó, escribe: “Estado de 'shock'. No es para menos. Se va, en uno de los momentos más difíciles de nuestra historia, la mejor cabeza política de España, la más coherente, la más valiente, la única, quizá, que, de no haber sido acorralada por los suyos, podría haber evitado o mitigado lo que ahora sucede y poner coto al monumental entuerto que se avecina”. “La turba –escribe Salvador Sostres– se alegrará de su dimisión, en Barcelona, en Madrid y en todas partes. No se alegrará ninguna persona inteligente, que más allá de su ideología, crea en la grandeza de la política. También la inteligencia y el buen gusto son una patria, hoy un poco más huérfana sin Esperanza Aguirre”. Emilio Campmany dice en Libertad Digital: “…Y, por si todo esto fuera poco, va Esperanza Aguirre y dimite. Lo ha hecho entre lágrimas contenidas, emocionada por lo trascendental que el momento era para ella. ¿Por qué? (…) Si todo resultara finalmente ser el resultado de una operación de asedio protagonizada por la banda de mediocres que hoy lidera el PP, incómoda por la libertad de opinión de Esperanza Aguirre, la noticia pasaría de mala a trágica. Ojalá no sea así y se trate tan sólo de la decisión de una mujer harta de tener que combatir a tanto enemigo y de que los peores sean los de su propio partido”. Otro de sus fans, Federico Jiménez-Losantos, escribe: “Hay tantas razones para abandonar la política española –y España, en general– que lo raro es que sólo se vaya Esperanza Aguirre. ‘Pero se va la mejor’, dirán muchos. Sin duda. Así es”.
“En Génova –escribe Fernando Díaz Villanueva en La Gaceta– están haciendo pagar con sangre ciertos pecados y Aguirre, que tenía mucho poder cuando Mariano no tenía ninguno, ha sido la más pecadora de todas. Los desacuerdos entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de la Nación son continuos. Rajoy está haciendo exactamente lo contrario de lo que prometió durante la campaña”. Rafael Miner, dice en La Gaceta:“Aguirre se ha cansado de luchar en su propio partido. Y se va. Veremos si tras el oportuno descanso vuelve y dónde vuelve. Porque el centrismo arriolista no la quiere. Eso ha quedado claro”. Itxu Díaz asegura que, “tras el 20-N, en solo unas semanas, pasó de estar rodeada de hombres fuertes del PP ‘a sentir la más absoluta soledad’. Pero, ni la enfermedad, ni la familia, que obviamente han pesado también, han sido las causas principales. La clave está en su relación con Mariano Rajoy, en estos momentos insalvable después de muchos meses tensando la cuerda”. Se va, coinciden todos, como presidenta regional (no como presidenta del PP) y se lleva con ella su bolso rojo fetiche que siempre lleva colgado, pegue o no, porque le da suerte.
Esperanza, aguantándose las lágrimas.José Maria Izquierdo resume en “El ojo izquierdo”: “Esperanza Aguirre ha hecho muy bien en dimitir, si con ello pone a su degenerado partido ante algunas responsabilidades. Ella solo tenía un defecto político, aunque muy grave: una anglomanía absorbente que intentaba imponer a todo el mundo. En lo demás, era mucho mejor que el resto de los políticos, empezando por los de su partido. Ha sido más ‘hombre’ que Vidal-Quadras, que Mayor Oreja y otros que han mantenido posiciones patrióticas y democráticas, pero sin arriesgar nada por ellas. El PP es el partido de los Rajoy, Basagoiti, Soraya, Cospedal, Oyarzábal y toda esa gente. En un partido así no puede tener lugar una persona decente, a menos que se signifique por una resistencia clara a la podredumbre”.
Esperanza Aguirre conversa con Ignacio González durante un pleno de la Asamblea de Madrid (Efe).
Probablemente, Ignacio González se convertirá esta semana que viene en presidente de la Comunidad de Madrid como sucesor de Esperanza Aguirre. Lo que no está tan claro es que se haga a continuación con la presidencia del partido en Madrid. El plan de 'la lideresa' que ya dijo que no quería “bicefalia”, es convocar inmediatamente una reunión de la junta directiva regional del partido para que González sea también su heredero al frente de la formación. Pero, desde la dirección nacional, en la que no descartan la “bicefalia”, recuerdan que tienen que ser consultados y militantes tan cualificados como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y piden un congreso extraordinario. En este estarían representados toda clase de militantes, incluidos los de base y los de ámbito nacional de la máxima confianza de Rajoy. En Génova no gusta nada que Ignacio González herede la presidencia del partido en Madrid contando sólo con los partidarios de Aguirre ni se han olvidado los desplantes y críticas a Rajoy del futuro jefe del ejecutivo regional madrileño en los peores momentos. Si hay un congreso extraordinario, habrá con toda seguridad candidatos alternativos a Ignacio Gonzáles. Éste asegura que Rajoy le respalda.En cambio, no aúna las simpatías de todos en el PP regional ni de la cúpula nacional del partido, que vería en Lucía Figar, consejera de Educación y Empleo de la CAM, una idónea sustituta de Aguirre, según fuentes de Génova. No se puede olvidar tan fácilmente que el presidente madrileño en funciones ha estado inmerso en dos causas de presuntos espionaje y corrupción asociada a la trama Gürtel, finalmente archivadas. Y que González conspiró contra Rajoy para destronarlo después de que perdiese por segunda vez las generales contra el expresidente Zapatero.
Lucía Figar, consejera de Educación y Empleo de la Comunidadde Madrid, calificó como 'huelga salvaje' los nuevos paros en la enseñanza. I. González lograba ser el hombre de la máxima confianza de Aguirre cuando ésta sustituyó a Francisco Granados en la Secretaría General del PP. El ex consejero de Interior de la CAM fue obligado a irse del partido por la pérdida de confianza de la presidenta. Y, aunque el sustituto de Aguirre es conocedor de la Administración regional y de los planes de la lideresa para la Comunidad, políticamente, su encaje resulta más complicado. En cambio, Lucía Figar cuenta con todo lo que el PP de Rajoy quiere para un liderazgo tan importante. La consejera de Educación y Empleo es la mujer que cuenta con Génova en todos los sentidos. Fue asesora en el Departamento de Asuntos Institucionales del gabinete de Aznar. Posteriormente, jefa de Gabinete del secretario general del PP Europeo (Agag), del secretario de Estado de Organización Territorial (Gabriel Elorriaga) y pasó a la primera línea política de la mano del entonces ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, que la nombró secretaria general de Asuntos Sociales. En la derrota electoral del PP, en el 2004, Figar fue rescatada por Aguirre, que la nombró primero consejera de Inmigración (2005); después, consejera de Educación (2007), y, por último, de Educación y Empleo (2011). Además, está casada con el diputado y exdirector de Gabinete de Aznar, Carlos Aragonés, y lleva una carrera meteórica aunque no exenta de polémica. Se ha publicado que Figar rellenó su solicitud de empleada doméstica pidiendo que su asistenta hablara tagalo (lengua de origen neomalayo o malayo-polinesio de Filipinas) para saltarse la lista de empleadas de hogar en busca de trabajo de la que disponía el Ministerio de Trabajo. Además ha sido muy criticada por los partidarios de la enseñanza pública, que le acusan de prácticas neoliberales y de ser afín al movimiento católico Comunión y Liberación (CyL).
La biografía de Lucía es reseñada con todo detalle por una web conocida (losgenoveses.com): “Esta joven ultra conservadora de aspecto monjil y que parece que nunca ha roto un plato –explica– con apenas 18 años ya estaba afiliada a las Nuevas Generaciones genovesas y, como tal, se fue formando en su aparato puro y duro. Se licencia en Ciencias Económicas y Empresariales por el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), centro privado y de pago y, con sus 23 años, entra en la nómina de La Cosa, como asesora en el Departamento de Asuntos Institucionales de su Gabinete. Su carrera genovesa a costa del presupuesto público no ha hecho nada más que comenzar. Un año después, accede al cargo de directora del Gabinete del Secretario General del Partido Popular Europeo, el yernísimo Alejandro Agag. En junio de 2000, regresa a la Administración, para asumir el cargo de directora de Gabinete del Secretario de Estado de Organización Territorial del Ministerio de Administraciones Públicas, Gabriel Elorriaga. Y, de ahí, en el año 2003, se incorpora como Secretaria General de Asuntos Sociales al equipo del entonces Ministro de Trabajo y de Asuntos Sociales, Eduardo Zaplana, SA... En marzo del 2004, se queda sin sillón oficial y esta circunstancia no prevista obliga a la joven promesa genovesa, al igual que otros colegas sin empleo reconocido, a ser recogida por la Condesa Gacela Aguirre que con esa cara dura que hace gala, abre la administración regional a estos genoveses desconcertados y huérfanos electoralmente hablando. Para que se le pase el susto, la reubica en su propio gabinete para, poco después, nombrarla Consejera de Inmigración y, en el 2007, Consejera de Educación. Desde entonces, ahí sigue lo que sin duda no desconocen los sufridos miembros de la comunidad educativa madrileña. Lucía es leal y servil con quien le abona la nómina. No defrauda a quien le nombra allá donde ha estado. Nunca ha dudado en aplicar con empeño las políticas más conservadoras que le hayan encargado. Y, como es natural, no iba a ser menos en el área educativa: privatiza lo que se le pone a tiro, subvenciona todo lo que huela a incienso y deja en caída libre a la enseñanza pública. En realidad, justo es reconocerlo, hace bien lo que se le encarga y a pesar de su cuidado aspecto de miembro del Grupo musical de los años 70 “Viva la Gente”, es capaz de cerrar por inanición presupuestaria la red educativa pública en la Comunidad de Madrid y no por ello perder su sonrisa de beata genovesa. Son lo que parecen”.
Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad Madrileña, dice “adiós” antes de terminar su ciclo político, mientras el catalán, Artur Mas, prepara la salida de España y otros, como el gijonés Santiago Carrillo, la abandonan, volando al cielo (es un decir) mucho más tarde de lo acostumbrado. Carrillo aguantó en el exilio más que cualquier político, regresando a España disfrazado con una peluca. Y, una vez reconocido y sin peluca, siguió batallando durante 36 años hasta casi cumplir los cien (siguió con su mente lúcida hasta el mismo martes, a los 97 años, en que nos dejaba). Vivió en su utópico piso de la plaza de los Reyes Magos, en el madrileño distrito de Retiro. Un domicilio discreto, atestado de libros que leía sentado en un sofá, sin dejar de fumar ni de hablar con los periodistas, procurando quedar de espaldas a la ventana, para que no le dañara la luz del sol. A su vera, regalándole cariño, Carmen Menéndez, su mujer, su talismán. Fue un día después del anuncio de Esperanza Aguirre, que nos decía adiós antes de hora, cuando moría Santiago en la cama, sin recibir ni los santos sacramentos ni la bendición apostólica, como había siempre vivido quien había sido el secretario general del PCE durante 22 años, un animal político y “analista imprescindible de la historia española de los último cien años”. Santiago se fue definitivamente de su España, tal como había vivido en ella, mientras dormía la siesta, a las cinco de la tarde. Incluso llegó a comentar el día anterior la dimisión de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid, como días antes había hecho con la manifestación multitudinaria contra los recortes. Nunca había dejado de participar en entrevistas, en programas de radio, en actos públicos, en homenajes… En julio había sido ingresado por última vez por un problema de riego sanguíneo, y antes, en primavera, fue intervenido de apendicitis.
La llegada de la República, la Guerra Civil, el exilio, la lucha contra la dictadura, la condena del estalinismo y la acogida pionera del eurocomunismo, la edificación de la Transición, el 23-F, la implosión del PCE, la caída del Muro de Berlín, la andadura de la España de los noventa y los 2000….Todo ello lo vivió Carrillo en directo. Y se forjó con un perfil que dista de ser pacífico. Revolucionario desde su juventud, controvertido hasta el final por sus adversarios y por los suyos. La derecha le echaba en cara, los sucesos de Paracuellos, la matanza de sublevados a las afueras de Madrid en noviembre de 1936. Pero Carrillo siempre se defendió diciendo que sólo tuvo conocimiento de los hechos después, que él no ordenó los fusilamientos. Organizó la estrategia de resistencia (y las purgas) desde el exilio, como delfín de Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”. Los suyos le recriminaron haber vendido el partido a cambio de la llegada de la democracia. Con el rey, con Adolfo Suárez y con Felipe González, tejió los primeros balbuceos de la democracia, dejándose, para sus críticos, demasiados jirones, como la aceptación de la bandera rojigualda y de la monarquía. Aceptó un sistema constitucional imperfecto. Pero siempre defendió que no había otro, que el partido, con él al frente, “hizo lo que tenía que hacer”, pactar y no romper para no fortalecer a los ultras, levantar la democracia y enterrar el franquismo. La imagen de Carrillo durante el 23-F en el Congreso, sentado en su escaño, como la del vicepresidente del Gobierno, Manuel Gutiérrez Mellado y de la del Presidente, Adolfo Suárez, “jugándose el tipo por la democracia”, mientras el resto de diputados obedecía las órdenes de Tejero (“Al suelo, todos, suelo”), forman ya parte de la historia.
La viuda de Carrillo, Carmen Menendez, besa a su marido poco antes de cerrar la capilla ardiente del ex secretario general del PCE.
Entre 25.000 y 30.000 ciudadanos acuden a la capilla ardiente del comunista que ayudó a levantar la democracia. Dirigentes de todo el arco parlamentario rinden tributo al exlíder del PCE y destacan su talla histórica y su generosidad durante la Transición. Intelectuales como Almudena Grande, artistas como Pilar Bardem, Juan Diego, Ana Belén, Víctor Manuel, Asunción Balaguer, y políticos, pasan ante su féretro. Cayo Lara, José Luis Centella, Gaspar Llamazares, y el grupo de Izquierda Plural, dejando de lado sus diferencias, acuden al acto, asi como, líderes de CCOO y UGT. Otros personajes que le despidieron fueron Felipe González, Alfonso Guerra, Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano, José Antonio Griñán, Soraya Rodríguez, Óscar López, Eduardo Madina, Rosa Aguilar, José Blanco, José Bono, Manuel Chaves, Carmen Chacón, María Teresa Fernández de la Vega, Tomás Gómez, Maru Menéndez, dirigentes del PP, como Esteban González Pons, Carlos Floriano, de ERC, como Juan Tardá, del PNV, UPyD, CiU., y políticos retirados como Jordi Pujol, Miquel Roca, Rodolfo Martín Villa, Adolfo Suárez Illana o Cristina Almeida... El Gobierno envió a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y a los ministros de Empleo (Fátima Báñez), Exteriores (José Manuel García-Margallo) y Fomento (Ana Pastor). Pero faltó la cabeza, el presidente, Mariano Rajoy. El día anterior, al domicilio familiar, sí se habían acercado los reyes. Su vieja familia política, Izquierda Unida y el PCE, reseñaban que con Carrillo había muerto un “pedacito de nuestra historia”, ensalzando su figura y su lucha por la izquierda, la democracia, la justicia y los derechos de los trabajadores, habiendo asumido las distancias y las “diferencias” que les separaron durante los últimos 30 años. Su antiguo partido le dedicó también una brevísimo homenaje que colgó en su web, en el que manifestaba su “respeto” hacia un hombre que “luchó por sus ideas” y que “compartió gran parte de sus años” con el PCE. IU trató, sin conseguirlo, que el Congreso acogiera la capilla ardiente, pero no pudo. Al final, su cadáver quedó expuesto elmiércoles en el auditorio Marcelino Camacho de Comisiones Obreras. Su cuerpo fue incinerado en el cementerio de La Almudena y sus cenizas esparcidas, como era su deseo, en el mar Cantábrico, en la costa de Gijón.
Una tercera imagen captada por los fotógrafos el jueves de esta semana fue la de Artur Mas, presidente de la Generalitat, despidiéndose de Rajoy, presidente desgobierno. Ambos se reunieron en la Moncloa para intentar llegar a un entendimiento. El encuentro fue un intento fracasado de antemano, en el que ni Rajoy supo cercarse a Mas ni Mas a Rajoy. El president anunció un punto de inflexión en la relación España-Catalunya y una nueva hoja de ruta que explicará en el debate de política general del Parlament la semana que viene. “Un día decepcionante y triste –calificaba Mas– que no ha ido bien”. La principal reivindicación, la “trascendente”, en palabras del catalán, era el pacto fiscal o germen de la soberanía catalana en este ámbito. Un pacto fiscal que buscaba “un estatus diferente en el conjunto del Estado español”. Por su parte, el presidente del Gobierno español trasladaba a Artur Mas el mensaje casi literal que había ofrecido la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal: “No hay margen para negociar un pacto fiscal. No tiene recorrido” Miles de personas -4.000 según datos de la Guardia Urbana- se concentraronen la sede del Govern de la plaza Sant Jaume de Barcelona para recibir al grito de “independencia” al presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, recién llegado de Madrid. Los manifestantes exhibieron una pancarta donde se leía “Todos con el presidente” y “Catalonia is not Spain”, entre una multitud de “esteladas”, y corearon proclamas a favor de la independencia de Catalunya. Mas recibió numerosas muestras de apoyo de los ciudadanos, pero también la demanda unánime de liderar a Catalunya hacia la independencia, y se lanzaron cánticos como "Mas presidente, Catalunya independiente” o “Mas, sé valiente, Catalunya independiente.
El presidente del Gobierno, en conversación con los periodistas, en Roma, explicaba el viernes que él apostó por seguir dialogando para “no llevar a la gente a una situación imposible”. Un día después de su reunión con Artur Mas, que según este último “no fue bien”, Rajoy sostuvo que el presidente de la Generalitat no le planteó ni la independencia, ni el Estado propio, ni nada parecido, solo el pacto fiscal. José María Izquierdo, en “El ojo izquierdo” dice: “Espero, por los beneficios que nos proporcionará a la salud colectiva, que esta febril recidiva de la independencia catalana –y ya veremos qué pasa después de las elecciones vascas– registre una notable mejoría y remita el calentamiento. A ver si el patio se serena un poco, y podemos dedicarnos a llorar en exclusiva por la crisis económica, el paro, el rescate que sí o que no, y esas tonterías. Esta farfolla retórica de nacionalistas de cariz vario –la de los cornetas españolistas es la más desagradable– le rompe la cabeza al catavenenos, más preocupado desde su prehistórica infancia por las cosas del pensamiento que por las del querer. Los sentimientos patrios –ninguno– jamás le atosigaron, así que Le jour du Quatorze-Juillet, Je reste dans mon lit douillet ; La musique qui marche au pas, Cela ne me regarde pas”.
Los dibujos de Varona nos recuerdan algunas despedidas de esta semana: la de Esperanza Aguirre o la de Carrillo. Así como las posturas reales y las tijeras de podar.
Continuamos con el humor con este dibujo de Malagón en El Jueves: Aguirre y las mamandurrias. Otros, que incorporamos: Mas quiere saltar sobre la independencia; La Fundición Príncipes de Astucias. (¿Quién se ríe de quién? Y la Rapiega y Carrillo); y los de Erlich, Kap, Peridis y Alfons López (Quimera, año uno)
Pep Roig ha sido capaz de cambiar el dilema cartesiano “Cogito, ergo sum” en “Pienso, luego, protesto” así como de captar la ecografía de la bandera de España, dibujar La Nit mallorquina de l’Art, conjugar el futuro pluscuanimprerfecto y las quimeras inalcanzables.
Esperanza Aguirre dimite.
El 23 de febrero de 1981, Antonio Tejero accedía al Congreso de los Diputados y retuvo allí a los presentes. Estas imágenes recogen el inicio del que está considerado último pronunciamiento de la historia de España, cuando los golpistas irrumpieron en la Cámara Baja con la pretensión de subvertir el orden constitucional legítimamente establecido, mediante la fuerza de sus armas. Adolfo Suárez, entonces presidente, y el general Gutiérrez Mellado, vicepresidente del Gobierno, aparecen en esta grabación, mostrando su valeroso intento de contener a los golpistas. Tampoco Santiago Carrillo se echó al suelo, aguantando el tipo.
Terminamos con este vídeo que no atiende a fronteras, ni a razas ni a patrias.