Título original: Okuribito / Departures
Director: Yôjirô Takita
Guionista: Kundô Koyama
Intérpretes: Masahiro Motoki
Tsutomu Yamazaki
Ryoko Hirosue
Kazuko Yoshiyuki
Kimiko Yo
Takashi Sasano
Tetta Sugimoto
Productores: Toshiaki Nakazawa
Ichirô Nobukuni
Toshihisa Watai
Fotografía: Takeshi Hamada
Música: Joe Hisaishi
Montaje: Akimasa Kawashima
Nacionalidad: Japón
Año: 2.008
Duración: 130 minutos
Edad: 7 años
Género: Drama, Musical
Distribuidora: Golem Distribución, S. L.
Estreno: 03-07-2.009
Página WEB: Web Oficial de la película en España
Web Oficial de la distribuidora en España
Tráiler de la película en YouTube
Calificación:
Crítica: 7,269 Espectadores: 89.480
Vizcaya: 6,329 Recaudación: 534.139,49 €
España: Puntos (Popularidad):
Rugoleor: Índice de popularidad:
Sinopsis:
Daigo Kobayashi es un violonchelista que se ha quedado sin trabajo. Después de vender su amado instrumento y cuando se queda sin dinero, decide regresar con su esposa Mika a la casa de su madre fallecida. Contesta a un anuncio que busca a gente para trabajar en "Despedidas", pensando que se trata de una agencia de viajes. Pero nada de eso. Debe ocuparse de preparar a los muertos para su última despedida.
La inesperada ganadora del último Oscar al Mejor Film de Habla No Inglesa fue esta cinta japonesa sobre un joven violonchelista recién casado que, habiendo perdido su trabajo, se traslada a la pequeña casa que su fallecida madre le ha dejado en una pequeña ciudad de provincias. Para sobrevivir, acabará aceptando un puesto de amortajador. Es decir, aquel que prepara a los muertos de modo a tenerlos presentables para un último adiós.
Crítica:
05.07.2009 – JOSU EGUREN
A dos metros bajo tierra
Es posible que muchos de los que recelen de las “Despedidas” de Yôjirô Takita lo hagan sospechando de que bajo su superficie se esconde un tragedia de proporciones mayores. Error. “Despedidas” es un drama sensiblero, sí, incluso netamente inclinado hacia la lágrima fácil, pero también es una comedia que equilibra con pequeños toques de humor el poso de amargura que destilan sus personajes. Ya en la primera secuencia, Takita barre muchos de los prejuicios con los que hemos entrado en la sala, presentándonos una situación surrealista en la que conviven el Japón moderno con el de los ritos ancestrales. El protagonista, un joven violonchelista que abandona su profesión (primera despedida) tras sufrir una crisis de talento, retorna a sus orígenes, un pequeño pueblo en el que acepta un misterioso trabajo sin referencias. Su segundo empleo es el de ayudante en el nôkan, un rito funerario con el que los japoneses despiden a sus muertos, veta argumental de la que se sirve Takita para aflorar una larga lista de reflexiones entorno a la vida y la muerte. En “Despedidas” hay cadáveres, muertos en vida, y personajes en el limbo que, como el protagonista, vagan en busca de nuevas oportunidades, pero también hay personajes vitalistas y situaciones cómicas que chocan contra las placas tectónicas del melodrama plano. Takita hace un sutil equilibrio entre el dolor de las familias y esa risa nerviosa que suele brotar en los asistentes a un funeral ajeno, restándole kilos al drama, pero siempre desde el rigor y el respeto. Lástima que poco más tarde se desdiga devolviéndole a su protagonista el chelo, aunque esto no sorprende porque en sus “Despedidas” Takita hace frontera con el cine americano, y son licencias de este tipo las que le brindaron el Oscar. Ahora sólo nos queda esperar a que “Despedidas” anime a las distribuidoras a regalarnos ese otro cine asiático maltratado o secuestrado en los almacenes. Pongo en la lista a Johnnie To, Suwa y Koreeda.