Revista Coaching

¡Despertad, Productivos!

Por Jofoba @jordifortunybad

No solo se trata de ser productivos, sino parecerlo y predicarlo. Es tan importante una cosa como la otra.

Muchos aún piensan que el que sale último del trabajo es el más trabajador. Y quizá lo sea, una cosa no es incompatible con la otra, pero generalmente es una creencia que no acostumbra a tener mucho fundamento.

Para que nadie se me ofenda, tampoco quiero obviar, que ciertamente, hay muchas personas que no les queda otro remedio de trabajar muchas horas, puestos de trabajo mal dimensionados, picos de campaña, fechas objetivas implacables, etc. Aunque en el fondo también encontraríamos razones organizativas o productivas, estos casos son harina de otro costal.

En lo que me quiero centrar es en la manía, o si lo preferís, costumbre, de medir la productividad por tiempo y no por resultados.

En otras culturas la gente que trabaja muchas horas está mal considerada, ya que este comportamiento se relaciona con una baja productividad, pero en nuestro entorno no es así. ¿Aún?

Cada vez más se habla de la racionalización de los horarios laborales, de cambiar las horas de las comidas, del ‘prime-time’ de la televisión, para favorecer, entre otras cosas, un mayor descanso y un ritmo de vida más adecuado a nuestras necesidades o capacidades.

A mi, personalmente, me encantaría hacer el cambio, pero lo veo muy lejos aún, como mínimo en el ámbito corporativo, porque sí, hablamos mucho, pero ¿quien empieza? Como consumidores, ¿aceptaríamos que los centros comerciales cerraran a las 18:00 o los sábados por la tarde? por poner solo un ejemplo.

Dejando atrás esta reflexión inicial, volvemos a lo que nos ocupaba. Cada uno de nosotros podemos compartir este pensamiento, y hacer lo que podamos para ir cambiando nuestras creencias y también las de los demás, por lo que debemos ser productivos, pero viendo lo expuesto, además debemos parecerlo y exponerlo.

Si partimos de una base en la que el indicador principal es el tiempo, nos encontramos con una situación curiosa. Si consigo los resultados que pretendía, en menos tiempo del supuesto… ¿que pasa? ¿ya he terminado? Puedo, por ejemplo, ¿ponerme a mirar Facebook?… la verdad es que me gustaría que fuese así, y lo fuese sin consecuencias, pero no lo veo…

Seguramente tenemos tareas para dar y tomar, por lo que terminaremos con una y empezaremos con otra, así nuestra efectividad será notable, pero seguramente pasará desapercibida. Además, si el trabajo existente tiende al infinito, ¿que pasará? absorberás el trabajo de otros, te desmotivarás, porque… ¿qué te aportará ser el más productivo si la cultura en la que vivimos no acostumbra a premiarlo? (más bien tiende a criticarlo y desconfiar)… y al final puede pasar que ser productivo sea el motivo de tu preocupación y no lo contario.

Pero, no te dejes vencer, solo cambiando las creencias podremos avanzar, así que pregúntate que está en tu mano para cambiarlas, rendibiliza lo que haces y sobretodo, hazlo visible, no te resignes en solo cumplir con la tarea, busca siempre un poco más y añádele valor a tu trabajo. No te fijes en el reloj, fíjate en las metas que puedes llegar a alcanzar.

Propón mejoras, haz las cosas yendo un poco más allá de lo estrictamente necesario y insiste, insiste y insiste.  Pon en valor ser productivo.

Con esta actitud, las cosas seguro que cambiarán, por el bien de todos. ¡Despertad!

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