Concluye un día importante para mi familia. Mi tío Santiago de la Fuente acaba de ser nombrado a título póstumo Hijo Predilecto de Betanzos en un emotivo acto en el Concello. Posteriormente, en el Aula Municipal de Cultura Xulio Cuns se celebró un memorial sobre su vida y se presentó su último libro sobre la política hidrográfica en la República Dominicana, un país donde ejerció de profesor, misionero y, por qué no decirlo, de agitador de poderes fácticos, Iglesia incluida. Entre la infinidad de elogios escuchados esta tarde-noche sobre su peculiar forma de ser, ironizar y actuar, hubo uno que me llamó especialmente la atención: despertador de conciencias. Estas tres palabras definen muy bien a un hombre bueno, un jesuita hasta la médula y un trabajador incansable que siempre buscó el bien común.
Aprovecho la ocasión para recuperar un post que escribí aquí en diciembre del 2012 pocos días después de su muerte:
Lo peor no es la crisis, sino el no querer aprender de ella
Crisis, Me gusta, Mundo real, ReflexionandoAunque el siguiente texto lo escribió Santiago de la Fuente García (1938-2012) hace 21 años en y para la República Dominicana, la fortaleza de su mensaje es completamente extrapolable a la España actual. A cualquier país que colectivamente se autoflagela con la palabra crisis y no hace nada más que patalear y quejarse. Lo expongo y enlazo para el que quiera reflexionar y tomar nota:
«Lo peor no es la crisis, sino el no querer caer en la cuenta de las “causas” que la engendraron y la alimentan. Lo peor es que no nos interesa darnos cuenta de sus causas. No sólo de las ajenas, sino también de las propias. Las que pusimos y seguimos poniendo cada día para fabricarla». [...] «Lo peor no es la crisis, en cualquiera de sus múltiples facetas. Ni las escaseces en espiral que van degradando nuestra sociedad y convivencia. Lo peor es la actitud que tenemos, de paralítico y menor de edad, de que “alguien nos regale una solución” para la crisis que fabricamos cada día con tanta profesionalidad. Lo peor es que cada día seguimos insistiendo en que alguien “nos regale el milagro”, mientras seguimos casándonos un día y otro con la imprevisión, la irracionalidad y el “no exigir responsabilidades”. Mientras seguimos entregándonos a la desorganización y la insolidaridad. Si nos “quejamos”, pongamos nuestra queja a trabajar. Y si no, no nos quejemos»… [+] «Se buscan realizadores para una Dominicana mejor», página 60 (Este libro recopila sus artículos escritos a lo largo de casi dos décadas en los principales diarios del país caribeño).
Tío Santiago, muchas gracias por todo. A Dios.