Revista Opinión

Despertando el niño interior

Publicado el 13 febrero 2020 por Carlosgu82

¿Listos para despertar nuestro niño interior? 🙋 Sí, está, solo un poco dormido, pero hay que sacudirlo un poco 😴
Hoy les propongo que hagan lo que les gusta, lo que hacían cuando eran niños sin cuestionarse, sin ningún tipo de pudor.
Decime si no pasás por una plaza y te morís por tirarte de ese tobogán. ¿Y que hay de esas ganas de volver a sentir que tocás el cielo hamacándote? ¿Y qué te lo prohíbe? ¿Qué excusa necesitás? ¿No tenés hijos, sobrinos o ahijados? No importa. ¡Con tus ganas de jugar alcanza! 🎠
Buscá la plaza más cercana, esa donde vas a tomar mate y ¡animate! Podés esperar que no haya muchos niños jugando si te sentís incómoda/o al principio. Y subite a ese tobogán que te invita a deslizarte, soltá el control por un momento y dejate llevar.
Ese tobogán que te enseña que no importa cuántas veces te caigas, siempre podés volver a levantarte y seguir.
Y seguro te sientas más poderoso o poderosa, quizás algunos miedos no estén. Quizás recuerdes momentos y sensaciones de todas las veces que te deslizaste. Quizás solo seas y no pienses. Quizás descubras cosas nuevas.

O quizás la hamaca te invite a querer tocar el cielo con las manos, ese que parece tan alcanzable desde ahí arriba.
Aprendiste a tomar impulso y a subir, te arriesgaste llegando un poco más alto y conocés tus límites.
Aprendiste que para avanzar a veces hay que retroceder. Que incluso es necesario, primero las piernas adentro, hacia atrás (introspección) para luego extenderlas impulsándote hacia lo más alto (extroversión) superándote a cada momento, pero lo más importante, compitiendo solo con vos, yendo un poco más allá, un poco más arriba que antes, aceptando tu propio proceso y valorando el esfuerzo que vas realizando.

¿Y que tal si tenés un aliado de juego? Un amigo, hermano, pareja. Arriésguense, el sube y baja los espera, enseñándoles el equilibrio de las relaciones, que alguien siempre tiene que ceder, que a veces uno está arriba y otro abajo, pero todo es un balance perfecto si todos ponemos un poco de cada uno. Qué lindo es ver disfrutar al otro, cuando vemos que llega a lo más alto, a veces con miedo, y nosotros apoyando y sosteniendo, esperando nuestro turno, sintiendo como vamos subiendo. Y a veces están esas caídas bruscas, que solo nos permiten subir, haciendo pie, haciendo fuerza para volver a resurgir. El juego de la vida, ni más ni menos. Animate. Tu niño te espera para recibirte con los brazos abiertos

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Espero sus comentarios y sensaciones para seguir creciendo juntos
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Gracias por ser parte del juego de la vida
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