Primero luz.
Después oscuridad.
Y luego otra vez luz.
Me encuentro aturdido.
La cabeza me da vueltas.
Intento hacer memoria, pero nada.
Tengo frío, mucho frío.
¡Algo en mi boca se mueve!
Me dan arcadas y escupo.
¡Es un insecto! Sale volando.
Trato de recordar dónde estoy, pero de nuevo, nada.
¡Todo es tan extraño!
Las extremidades, apenas logro moverlas.
Estoy cansado, muy cansado.
Sí. Ahora consigo notar algo; es como viscoso.
Me hallo sumergido en él, pero…
¡Por qué estoy desnudo!
Sigo sin recordar quién soy, y tampoco qué hago aquí.
Ahora ya puedo mover un poco el brazo derecho.
Y los dedos.
¡Es un alivio!
¡Espera! Noto algo que me roza la palma de la mano.
¿Una cuerda? ¿Es una cuerda?
¡Sí, lo es!
Tiraré con fuerza de ella.
Tal vez me ayude a salir de aquí.
¡Dios! ¡Qué dolor!
Un pinchazo agudo me sale del vientre, a la altura del ombligo.
¡Oh, no! ¿Qué es esto?
¡La cuerda salía de él!
¡No es una cuerda!
¡Es un cordón!
De repente puedo mover todo mi cuerpo.
Hay una especie de borde redondeado.
Me agarro.
Y consigo auparme.
¡Por todos los santos!
¡Hay mucha más gente sumergida en estos extraños cubículos!
Parecen dormidos.
¡Dios mío, es horrible!
¡Esto es como una gigantesca colmena!