Despidiendo Colores. Historia de un club. Juanfran Torres

Adiós Juanfra, adiós de corazón, con todo el amor que diste y desearía devolverte. Una despedida a alguien como tú siempre es amarga y sinceramente, de todo corazón suerte en todo lo que te queda por vivir dentro y fuera de la cancha.

Hay Cosas que para mí son superiores a los títulos y esas cosas solo nacen en el corazón, en el amor que se siente y se transmite con acciones. El amor que depositastes en este club y el que hemos intentado devolverte, por muy agradecido que esté, por muy vikingo que llegó, no quiero indio que se va. Recuerdo una noche de lagrimas, de llorar frente a un televisor ¿recuerdas un palo? Un poste que se interpuso a un sueño, un palo desde los once metros que te llegó directo al corazón. Y lloré. Lloré mucho. Me fue totalmente indiferente el resultado, el rival, la competición y sobre todo, me fue indiferente el dinero. Lloré porque un colchonero lloró. Porque un colchonero como tu, un enamorado del atleti, creyó habernos fallado. Lloré porque me hubiera gustado abrazarte y decirte que tu eres Atlético de Madrid, que por ti amo este club, que tu eres coraje y corazón. Te admiro más allá del deporte, ya que tu me has enseñado que ni la edad, ni los millones ni nada en este mundo es superior a la voluntad, a la honestidad, a la sinceridad y al deseo de lograr algo, pero no por tí, por tu amor, por lo que consideraste superior. Luís Aragonés dijó una vez no hace tanto: “No pise ese escudo”.Me gusta pensar y desde lo más profundo de mi corazón te digo, Juanfran ese escudo eres tú, tú lo amaste y lo has defendido como pocos, ese escudo está dibujado con tu sudor, tus lágrimas, tu esfuerzo diario y tus lamentos, ese escudo es algo muy grande y por tí, ese escudo nunca debe ser pisado por nadie. Por el amor que nos diste y que rezo, siendo ateo, que recibas de vuelta , estas en nuestra historia, en nuestros corazones y tu junto a muy pocos, formáis lo que más amamos, el club de nuestros amores, el Atleti.

Tu hiciste crecer a David para tumbar a Goliat. Como sabes, lloré por ese palo, por esa injusticia que Dios puso en tus botas, pero redactando estas palabras me arrepiento, ya que ese balón, era tu balón, indiferentemente de donde terminara era un balón lanzado sin miramientos, sin aires de grandeza ni aspiraciones. Ese balón hubiera entrado tú serías un hincha más celebrando el triunfo de su equipo, sin documentales ni aumentos.

Por lo que siempre nos distes, por las lágrimas nacidas de tu adiós, Juanfran siempre seras un colchonero, lo sabemos y lamento no haberte apoyado más, porque haga lo que haga, los jugadores como tú no tienen suficiente recompensa. Eternamente agradecido por tus enseñanzas, por tu devoción y tu carisma, tu haces este club, tu eres nuestros valores, nuestra moral y nuestra lucha contra todo gigante. Una lucha que no necesitamos ganar, un partido que la derrota es tristeza por ti, por lo que sufrió uno de los nuestros, por  que un hincha fue privado de su triunfo. Y entonces y ahora quiero decir que Juanfran te queremos, vuelve porque tu eres nuestra historia, tu eres nuestra lucha, tu eres el Atlético de Madrid.