Desplantes progresistas

La flamante alcaldesa de Barcelona no se presenta a la inauguración de la línea entre El Prat y la ciudad condal; la ausencia de Colau se explica desde el Ayuntamiento por lo que consideran una descortesía de la ministra. Además de creer que hay otras infraestructuras prioritarias, en el Consistorio sentó mal que tuviesen conocimiento del inicio de obras a través de unas declaraciones de la ministra en un acto en Barcelona el pasado lunes, y sin que el Ministerio lo comunicase antes.

En Galicia, los regidores de Santiago de Compostela, Martiño Noriega, y La Coruña, Xulio Ferreiro, han manifestado repetidas veces su intención de no participar en actos tradicionales que tengan algún tipo de vínculo con la Iglesia, justificando su decisión en un «principio de neutralidad religiosa». El alcalde de la capital gallega renunció a participar en la Ofrenda al Santísimo Sacramento en Lugo en junio, un acto en el que el oferente es uno de los siete alcaldes que participan por turno rotatorio y que esta vez le correspondía a Compostela, pero Noriega rechazó acudir.

Ni el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ni ningún otro miembro de su gobierno municipal acudieron a la entrega de despachos a los nuevos oficiales de la Academia General Militar (AGM), el más relevante centro de las Fuerzas Armadas de Aragón. Rompiendo la tradición institucional, el de Zaragoza en Común eludió la invitación oficial a participar en este acto y prefirió marchar a Madrid para participar en un encuentro con su homóloga Manuela Carmena, quien también ha protagonizado otro «desplante» institucional.

Gestos de cara a la galería; los resultados de la política tardan en dar frutos, pero las actitudes como estás, de patio de colegio, dan jugo a un electorado que prefiere la sangre a las soluciones, lo que no deja de constituir un manifiesto complejo de inferioridad tanto por parte de electores como de cargos electos.