San Suchias de Bagrevandi y compañeros mártires. 15 de abril.
Este grupo encabezado por Suchias (también conocido como Bagadras) era oriundo de Georgia y habían acompañado a la comitiva real de la princesa de Albania cuando esta fue a Armenia a casarse con el rey de este país. Los demás se llamaban Luciano, Polyeucto, Cuadrato, Antíoco, Isqurion, Memnas, Focás, Sergio Nerangio, Domecio, Adriano, Zósimas, Víctor, Talaleo, Jordán, Anastasio, Teodoro y Santiago. O esos son los nombres cristianos que nos han llegado, pues alguno lo habría cambiado al ser bautizado.Al llegar a Armenia conocieron a un presbítero llamado Chrysos que evangelizaba la región. Este santo varón había sido discípulo de San Judas Tadeo (28 de octubre). Los georgianos oyeron su predicación y se convirtieron a la fe de Cristo. Abandonaron la milicia y se fueron con Chrysos a Mesopotamia, donde fueron bautizados. Al poco tiempo Chrysos fue martirizado y nuestros santos se retiraron a las montañas de Bagrevandi. En estas soledades vivieron más de 40 años, muy penitentes y mortificados. Comían hierbas de las que crecían entre los peñascos y bebían el agua que almacenaban cuando llovía. Oraban constantemente, trabajaban para no estar ociosos y pasaban la mayor parte del día en contemplación. No tenían superior ni lo necesitaban, pues todos se obedecían unos a otros.
En el año 130 un nuevo monarca llegó al trono de Albania y quiso saber que había sido de aquellos soldados que nunca habían vuelto de su misión en Armenia. Luego de arduas averiguaciones, el oficial Barnabas los halló y les intentó convencer de que volvieran a la corte. Barnabas les dijo: "Pero, ¿ves cómo estáis? Parecéis más cabras que pastan que humanos. Volved a la corte y disfrutad de los placeres en vuestra vejez”. Pero ellos se negaron, declarando que, comparados a Cristo, todos los bienes de la corte eran nada. Entonces Barnabas ordenó que fueran torturados hasta que accedieran a regresar. A cada uno les estiró los miembros, los clavó por el pecho en estacas y así, padeciendo terribles dolores, mandó fueran quemados vivos. Los restos calcinados fueron esparcidos por las montañas. Sinceramente, viendo tal crueldad no parece que la causa del martirio solamente haya sido la negativa a volver una corte que habían abandonado 40 años antes y a la que ya no podían aportar nada. Pero esa es la leyenda que nos ha llegado.
Su culto en Armenia es muy antiguo. En 310 San Gregorio el Iluminador (30 de septiembre) construyó en Armenia una iglesia y monasterio dedicados a la memoria de estos mártires.
A 15 de abril además se celebra a