(entrevista completa en Las mañanas de Cuatro)
De las elecciones han salido dos polos: uno de cambio y otro continuista. Ambos son similarmente poderosos. Uno es la grieta en la pared. El otro es el muro que se empeña en ignorar sus grietas. La tendencia está en las fisuras. Es a la que hay que escuchar con especial sensibilidad porque señala el futuro.
En Doce del patíbulo, soldados condenados a muerte son enviados a una misión imposible. Su comportamiento es desesperado porque previamente ya estaban muertos. Creo que eso les pasa a cinco de los grandes candidatos que han concurrido a las elecciones. Mas es un cadáver que sigue andando sin cabeza y sin corazón. Han quedado los cuartos en Cataluña y aunque acepte la exigencia de las CUP de poner una guillotina de felpa en la Plaza de Catalunya (se lo exigirían sólo por joder), su vuelo está lastrado. Rajoy sabe que si no cumple las exigencias del Ibex 35 de formar una gran coalición le harán el encargo a Soraya Sáenz de Santamaría. Algo parecido le pasa a Pedro Sánchez, que ha tenido que recordarle públicamente a Susana Díaz que es el que manda, señal inequívoca de que no manda. El PSOE, el PP y Ciudadanos están pactando lo mismo en Bruselas y lo que dice la troika es palabra de Dios para sus fieles. Los políticos son solamente instrumentos de losintereses de quienes les sostienen. Rivera, pese a no existir (es un ventrílocuo de los grandes empresarios y banqueros que les financian), no es un cadáver porque es de plástico, porque sin él no hay Ciudadanos, y porque pese a la enorme frustración de sus expectativas sus financistas lo mantendrán porque no les molesta y siempre puede estar ahí como muleta si hiciera falta (cosas de ser tan obedientes).
Garzón ha dicho que perder 9 de los 11 diputados que tenía IU no es un drama, lo que indica que hay algo todavía más dramático (que dimitiera y que el secretario general de Izquierda Unida fuera alguno de los de siempre, lo que llevaría a cerrar IU de una manera triste que, en cualquier caso, está en el horizonte). Pablo Iglesias queda como el gran triunfador de la velada. Aunque aún no se hayan conseguido los objetivos. Podemos, pese a no haber podido sobrepasar -400.000 votos de por medio- al PSOE, es la grieta que marca la tendencia hacia donde va la nueva España. Que se sabe plurinacional, que le abochorna la corrupción, que quiere una economía social al servicio de la gente, que quiere rescatar a las personas y no a los bancos. Para que Podemos pueda cumplir la promesa de reinventar la democracia española, debe mantenerse en lo emergente y no distraerse cargando sobre sus espaldas responsabilidades que le corresponden a los partidos de la casta. Que allá entierren los muertos como Dios manda a sus muertos.
Pablo Iglesias acaba de proponer, como mensaje de Nochebuena, un acuerdo inmediato de gobierno que sirva a la gente y no solamente a las diferentes versiones de articulación de lo político. Medidas para la gente, no para la “política”. La propuesta es clara: rescatar a las familias. El 13 de Enero, junto con la constitución de las Cortes, Podemos presentará una proposición de Ley de Primera Respuesta a la Emergencia Social, como introducción del posterior pleno cumplimiento del artículo 25 de la Declaración de Derechos Humanos. Medidas que no gustan ni a los bancos ni a los partidos que deben dinero a los bancos: Fin de desahucios sin garantía habitacional y garantías del derecho a la vivienda; blindaje de los suministros básicos (electricidad, gas, agua) para todos los ciudadanos; segunda oportunidad para los ciudadanos. Esa España emergente. Felices fiestas.
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