Después de Lucía: Cruda Moral

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Después de Lucía: Cruda Moral

Para aquellos que no conozcan, la palabra "cruda" se refiere a la sensación de malestar general provocada la mañana siguiente de tomar alcohol en exceso. En muchos casos, también aplica para esa sensación de malestar provocado por haber hecho algo que en un principio parecía divertido, pero que después trae consecuencias negativas sobre nuestra persona.
Después de Lucía, es dirigida por Michel Franco (Daniel y Ana) y protagonizada por Tessa Ía (Lejos de la Tierra Quemada), que da vida a Fernanda, una chica de 17 años que acaba de perder a su madre, y en medio de un cambio de ciudad, de escuela y de amigos, enfrenta el ahora mundialmente conocido problema del "bullying".
Seamos sinceros. Esto del acoso escolar siempre ha existido. Todos y cada uno de nosotros recordamos, desde nuestra primaria hasta nuestra carrera universitaria (o hasta en el trabajo), haber puesto un apodo a alguien, habernos burlado o molestado a alguien, o en el peor de los casos, ser la víctima de esas personas. Es muy rara la persona que pueda decir "yo no participé de ninguna manera, ni autor ni víctima", pues como niños y adolescentes, nos parece divertida la situación de hacer sentir menos a alguien por su aspecto físico, condición social o algún otro "defecto" sólo porque en nuestro subconsciente (o consciente) nos gusta sentirnos superiores. Pero en tiempos recientes, ante el "descubrimiento" por parte de padres de familia y autoridades de que muchas veces los suicidios o accidentes mortales que padecen los niños en las escuelas, son originadas por éste problema,  ha tomado grandes dimensiones para hacer campañas publicitarias y demás aspectos de difusión.
Después de Lucía es una película totalmente cruda. Aquí Fernanda no es víctima por cómo luce, sino por una acción desenfrenada que puede presentarse en cualquier parte del mundo. Y que ahora, reforzada con la tecnología, en cuestión de días y hasta minutos, cualquiera puede saber lo que hizo una persona aunque esté del otro lado del mundo. Y claro, nunca faltan las falsas amigas (y amigos) que terminan de hacer de tu vida un completo infierno. Sumiéndote en la depresión, y hasta en la locura.
Si nos vamos al aspecto técnico, los planos en tiempo real y con una sola cámara terminan por ser cansados. Y hay partes de la película que bien pueden ser cortados, porque la primera mitad se siente muy cansada. Es hasta el evento que desencadena todo, que la película toma ritmo y golpea directamente al espectador, como si nosotros fuéramos los retratados en el póster promocional. Fuerte, directo, sin sutilezas.
Premiada en el festival de Cannes en 2012 en la sección "Una cierta Mirada" y seleccionada como representante de México al Oscar como mejor película extranjera (sin conseguir la nominación), Después de Lucía es una película que todo el mundo debe ver, aunque sea sólo una vez, y entender de una mejor manera y en primera persona, las cosas a las que se está expuesto cuando sucede algo así: solos, sin apoyo, sin ayuda. Sin poder gritar. Cayendo en un espiral que nos absorbe y nos debilita. Que puede terminar en una tragedia.
Calificación: