"Los muertos están obligados a decir la verdad, algo que viene bien cuando quieres conocer la respuesta a una pregunta, pero, como he comentado, la verdad puede ser un auténtico asco".
Libro de King que sale, libro que me compro. Es un vicio como otro cualquiera. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Después.
Conocemos a Jamie en la veintena y llega dispuesto a contarnos su historia. Una historia que comenzó el día en que vio a su primer muerto o, mejor dicho, su primer espectro. Porque Jamie ve muertos, algo que puede ser útil siempre que los muertos no den miedo. En realidad todos los muertos pueden dar miedo, solo que los hay de dos tipos: los que dan miedo porque conservan el aspecto que tenían al morir y eso puede significar que lleven heridas atroces, y los que dan miedo de verdad, por dentro.
Comenzaba diciendo que soy fan de King, lo que supone que comencé hace años a leerlo, en mi adolescencia, y que su terror era bastante efectivo. Con el paso de los años un lector pierde la inocencia y el terror, ayudado por películas y videojuegos, evoluciona. King en cambio permanece inmutable.
Cierto es que le gusta colocar a algún pobre hombre en las inmediaciones de Maine y dedicarse a putearlo de forma incansable hasta que el pobre hombre llega a su límite. Pero también lo es que a King le encantan sus niños en bicicleta. En esta ocasión al tratarse de un recuerdo de la infancia tenemos precisamente a un niño, con o sin bicicleta, que le toca ver espectros de muertos. Cambia de lugar pero no de piel y el niño nos cuenta su historia dejándonos averiguar lo que él quiere y cuando él quiere. Y nos anuncia ya en la primera página: estamos ante una historia de terror. El caso es que, cuando alguien muere, el niño es capaz de verlo (y tiende a saludarlo con la mano) e incluso hablar con él si no ha muerto hace demasiado tiempo. Y vive entre el temor de ver a un accidentado terrible que le haga temblar y el de ser tratado como un loco si se descubre su gran secreto. Cuando iniciamos la historia, solo su madre lo sabe. Y ni siquiera habla de ello. Al menos hasta que le resulta útil. Y me diréis entonces que para qué puede resultar útil un muerto. Bien, desde encontrar un manuscrito hasta descubrir un culpable o un escondite no compartido en vida son algunas de las aplicaciones de este don que se amparan en que los muertos no mienten. Pero en esta vida todo tiene su riesgo y quizás alguno de estos muertos, sobre todo si se trata de una persona no demasiado recomendable, pueden albergar en su interior algo que asuste mucho más que una cara destrozada. Y luego están los vivos. Porque si algo aprende Jamie es que el mal existe en vida exactamente igual que tras la muerte, y le va a tocar experimentarlo muy de cerca. No diré de mano de quién puesto que se trata de un libro corto, pero lo cierto es que, tratándose de malvados, aquí la vida se lleva el premio gordo.
Como he dicho la novela es corta y el lector asiste a ella más como una introducción a las novelas clásicas de King que como una historia completa y es que, una vez que lo terminas, te quedas preguntándote qué habrá pasado con un par de flecos bastante importantes que se suponía iban a asustarte y se quedaron, como mucho, en poco alegres. Ya sé que no soy la persona adolescente que alucinaba con payasos metidos en alcantarillas o con enfermeras que tenían a un cerdo de mascota y un escritor de rehén, pero también lo es que aquí falta profundidad en la historia como para lograr que realmente me importe lo que sucede o llegue a empatizar con el miedo del protagonista que no llega a trascender en ningún momento las páginas del libro. Toca una parte policiaca de forma importante al fijarse en la pareja de la madre de Jamie pero, ni con mucha imaginación alcanza la calidad de Mr Mercedes. Y es que, pese a mis buenos ojos y mi lectura nostálgica, tengo que reconocer que se ha quedado corto en más de un sentido.
Después se anuncia, incluso por el propio narrador, como una novela de terror. Y ante eso tengo que decirle al señor King: lo siento querido, pero esto no es una novela de terror. Al menos no a la altura que sabemos que llega. Y tras esto solo añadir que por supuesto que voy a seguir leyendo al maestro, para qué fingir lo contrario.
Y vosotros, ¿ qué libro tenéis entre manos esta semana?
Gracias.