Revista Diario

Destrezas de motivación

Por Bergeronnette @martikasprez
Según un estudio de la National Association for the Education of Young Children (NAEYC),
Destrezas de motivación
el desarrollo de la motivación empieza siendo intrínseca por naturaleza. No hay necesidad de recompensar al niño por sus éxitos durante sus intentos de ganar control del medio ambiente, porque la evidencia del éxito es recompensa suficiente, y el niño o niña se siente motivado por sus acciones. A medida que el niño o niña crece, y establece sus propios estándares, el alcanzarlos es su recompensa.
Las dificultades surgen cuando los adultos, u otros individuos dentro del medio ambiente del niño o niña, establecen estándares externos para el niño, reemplazando el sistema interno de recompensas por uno que depende de fuerzas externas para proporcionar todas las recompensas (caramelos, dinero, alabanza exagerada). Entonces los niños comienzan a sentirse exitosos o apreciados sólo cuando alguien más los recompensa por sus logros. Los sentimientos de autoestima ya no se definen por el individuo mismo, pero por la opinión de los otros.
 ¿De qué manera podemos, nosotros como padres, motivar a nuestros hijos? Debemos proporcionar un ambiente que permita a los niños explorar libremente y ver los efectos de sus acciones. Mis hijas tienen un cuarto de jugar, en el que hay juguetes apropiados a su edad, de exploración, de investigación, ellas desordenan, sacan, meten, etc...
Debemos también facilitar a los niños suficiente tiempo cuando trabajen teniendo en cuenta su persistencia. Cuando tenemos tarea escolar que hacer, esperamos un momento propicio de la tarde para comenzar a hacerla, tras la merienda y el juego, que la niña esté preparada, para que no se canse a los cinco minutos. Hay que buscar el estímulo necesario.
Una de las mayores satisfacciones que tenemos los padres es suministrar a nuestros hijos oportunidades de exploración conjunta e interacción directa. También necesitan su espacio, pero jugar con ellos, responder sus dudas, es inevitable y agradable.
Lo que entronca con la independencia que hablabamos en posts anteriores. Ayudemos a nuestros hijos a pensar por si mismos, a reflexionar sobre sus acciones, a ser independientes. Está bien ser su guía, responderemos a sus necesidades, pero sin forzar a ser nosotros siempre la respuesta. Mi hija pequeña no quiere que le den el yogur, quiere comérselo ella sola. Ha aprendido a ser independiente a la hora de comer. Tardará un poco más, sí, pero para ella, es muy satisfactorio hacer ver a su hermana y a mi, que sabe comer el yogur sin mancharse.
Presentemos a los niños situaciones que les proporcionen una dificultad aceptable. Las actividades que presenten una pequeña cantidad de dificultad serán más motivadoras y proporcionarán sensaciones más fuertes de éxito cuando se logren. Eso sí, hay que luchar primero con la posible frustración que saldrá, al no salir un dibujo a la primera.
Y por último, ¿cuántos de vosotros habéis dado la oportunidad a vuestros hijos de que se autoevaluen? Yo alabo sus trabajos, pinturas, consecución de puzzle, ayuda entre hermanas, ayuda en casa... Pero también les pregunto si piensan que lo han hecho bien, si están contentas en como lo han conseguido hacer.
¿Te ha gustado? Este mes, ¡Mamá qué sabe! continua su -nuestra- propia revolución, con el mes de la motivación, podréis leer muchos más recursos en su página de fb, así como durante estos días en mi blog. Animaos a participar y a comentar.

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