Ya está otra vez aquí el puto anuncio de los Seguros Ocaso, sí, ese que cuando lo ves gritas: ¿¡te quieres callar ya?! Pero, a lo que vamos, destripemos: empieza con una niña que cae del cielo porque los globos con los que volaba, están ardiendo. Verás, para ser el principio, tampoco está mal.
La niña A parece que va a caer en un laberinto de esos de setos. Con suerte, sus globos empezarán a quemarlo todo y encontrá la salida pronto… ¡Te creías tú eso! Nada, de nada. Resulta que a Eduardo Manostijeras le da un arrebato y se fabrica tres elefantes ¡que ríete tú de la mascota roja del banco Santander! La niña A cae en uno de ellos y se le escapa un globo ¡¡¡DRAMA!!!
En ese momento, otra niña (a la que llamaremos niña B) y niño A, corren a por el globo como si fuera una pelota nivea que se ha volado en la playa hasta que… ¿llegan a un tiovivo? Sí, llegan a un tiovivo. ¿Cómo? ¿Que el tiovivo está dentro de un reloj de arena gigante? ¿¡que ese reloj de arena está lleno de globos ardiendo?! ¡Aaaah, que no son globos! ¡¡Que son Pelotazos alucinógenos!! Sí, hombre, de los de Cheetos.
Pues tienen que colocar la hostia, tú, porque luego llega muchacha A y se pone a perseguirlos a caballo hasta llegar a la amazonia. Allí, se encuentra con su familia, que está cenando tortillita francesa con jamón york y abandona su persecución. Ésta la retoma el doble de Lassie para las escenas difíciles, cuyos dueños son muy fans de Kasparov.
El anuncio que tiene una banda sonora muy dulce y ligera, llega al clímax con un subidón nada ensordecedor y nos muestra por fin a la camella, ¡¡la Walter White de las pelotas brillantes!! Muy mona, por cierto, cómo se nota que ella no se mete. El tema termina con la dealer presentándonos a toda su familia y el claim de Ocaso: “El sol de la tranquilidad”… Ah, entonces no es de las que dan subidón ¿no?
Por cierto, esto de DESTRIPANDO ANUNCIOS lo estoy probando como sección nueva. Si te gusta pronúnciate, please