Sugerida por... José Luis
Quitar del yugo las bestias sujetas a él.
Amigos, el verbo transitivo que hoy os presentamos hunde sus raíces en la voz latina disiungĕre -desunir-, y se emplea para expresar la acción de liberar a las bestias del yugo (instrumento de madera al cual, formando yunta, se uncen por el cuello las mulas, o por la cabeza o el cuello, los bueyes, y en el que va sujeta la lanza o pértigo del carro, el timón del arado...)
Encontramos un interesante ejemplo de uso en Tropa de carretas, del escritor Godofredo Daireaux (1849-1916)
...Don Bernardo Zurutuá, que viene sentado en la primera carreta, ha pegado el grito de ¡alto! a sus bueyes, y estos, sentándose, se han detenido. Don Matías se adelantó hasta el palenque, a recibir al tropero, conocido viejo, que desde muchos años, lo tiene de cliente fiel; y mientras pasan ambos a tomar mate y a charlar, una por una, vienen llegando y se paran las otras carretas, en dos líneas bien rectas.
Pronto, los bueyes, desuncidos, son llevados a la aguada por uno de los peones; han traído carne de las casas, el fuego ya crepita, el asador se para, la olla se llena, se ceba el mate, y no deja de hacer ya bordonear sordamente la guitarra, un aficionado empedernido, de quien la música apacigua el hambre...
Y en un sentido más metafórico y etéreo, os dejamos con una aplicación de este simbólico verbo por parte del maestro Miguel de Unamuno (1864-1936) en su obra Niebla:
Son tus ojos cual clavos encendidosque mi cuerpo a mi espíritu sujetan,que hacen que sueñe en mi febril la sangrey que en carne convierten mis ideas.¡Si esa luz de mi vida se apagara,desuncidos espíritu y materia,perderíame en brumas celestialesy del profundo en la voraz tiniebla!
¡Hasta la próxima liberación!... (¡uníos a nuestra revolución!) ;-).