Desvariados se hacen grandes en El Sol

Desvariados volvían a los escenarios por todo lo alto el pasado viernes en El Sol con dos de sus cuatro pases previstos. Asistimos al segundo y podemos dar fe de que han vuelto con mucho rock and roll. La propuesta de Desvariados en El Sol era de doble jornada con un total de cuatro pases adaptados a las necesidades del Covid-19. El rock and roll puede más que cualquier otra cosa y más cuando una banda de este nivel lo ejemplifica.

Cuarteto elegante, directo, referente en un género tan arraigado a la capital como es el rock y, sobre todo con mucha frescura y pureza en los sentimientos; así definiría la actitud de Desvariados en El Sol en el pase que pudimos ver. 65 minutos de puro rock, con un inicio demoledor con Victimas del sueño americano como primer tema y, por ende con una declaración de principios donde las dos guitarras, el bajo y la batería ya se habían impuesto en los instrumental y donde la elegancia de la voz de Adri tenía el resto de la presencia. Iban a por los 17 temas de su repertorio, canciones como Valientes al volante se dejaban al inicio del repertorio para dotarlo de la fuerza suficiente para no hacer del mismo algo que pareciese otra cosa. 

Jugaban a unir temas, como pasó entre Escúpeme  y Tu último intento o entre Aguardiente con Demasiado acelerado o en otros momento donde canciones como La chica de Dylan pasó a tener otros matices, al igual que Mejor será olvidar previamente. Siempre jugando con las dos guitarras (que se iban cambiando el protagonismo). Ya en los bises, Adri saldría en solitario con su acústica para interpretar Todavía y llegarían tres temas más, de los que Mama, me quiero matar y Besa mi calavera fueron dos reactivos para cerrar una fecha de retorno, de emociones a flor de piel y de reafirmación del trabajo bien hecho con el rock and roll del presente y futuro con una banda en plena forma. 

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