Revista Cine

Detachment, EE.UU. 2011

Publicado el 06 marzo 2012 por Cineinvisible @cineinvisib

Existen cineastas, pocos, que saben expresar a partir de cualquier tema el ambiente general del momento histórico actual y Tony Kaye es uno de ellos. Esa indiferencia o imparcialidad que lleva por título su película, en realidad, expresa todo lo contrario del ideal del protagonista, que lo intenta para protegerse pero que no lo consigue por mucho que se empeñe. Un film que también podría haberse llamado, precariedad en medio hostil o soledad en medio de la multitud.

Detachment, EE.UU. 2011
Un profesor sustituto se ocupará de una clase de instituto de uno de los barrios más alejados y calentitos de la gran manzana: la última entrega de la enseñanza, como tema que más parece excitar la imaginación de los cineastas contemporáneos, vistas las numerosas películas, ya sea en ficción o documental, que se han basado en ella en los últimos años. Y es que el asunto contiene todos los elementos fundamentales de una buena intriga: enfrentamiento, diversas personalidades, tensión y obstáculos insalvables (económicos, sociales, étnicos…).

Detachment, EE.UU. 2011
Adrien Brody es el protagonista de este apasionante film. Un actor elegante que sabe abordar cada papel con inteligencia y que se muestra a la altura una vez más. Él sabe que no podrá cambiar ni aportar algo esencial a sus alumnos, en un período tan breve como tres semanas, por lo que desde el primer instante intenta tomar la distancia necesaria para que su frustración no sea más intensa de lo soportable.

Detachment, EE.UU. 2011
El paralelismo evidente frente a la situación actual de la precariedad del mundo laboral, en la que se exige una total implicación para lapsus de tiempo cada vez menores, ni siquiera es subrayado por el autor. Tony Kaye quiere contar esta historia y nada más pero las anécdotas bien escritas tienen el poder de superar su dimensión local conquistando más espacio (al fin y al cabo, si Nader y Simin, un proceso habitual de separación entre una pareja, ha llegado al Oscar y, sobre todo, al corazón de millones de espectadores, es porque no sólo se trata de un divorcio).

Detachment, EE.UU. 2011
Tony Kaye, el director de Detachment, puede que sea el director con peor suerte del cine americano. En 1998 con American History X su duelo con el protagonista, Edward Norton, lo convierte en el apestado de la industria, en 2006 realiza uno de los documentales más fuertes de los últimos años, Lake of Fire, sobre el aborto en los EE.UU. que, por desgracia, supongo que ha sido visto por 7 u 8 espectadores en el mundo, en 2009 le proponen un thriller con muy buena pinta, Black Water Transit, que hoy día todavía duerme el sueño de los justos, y su última obra, Detachment, con un elenco de lujo -Adrien Brody (Oscar por El pianista), James Caan (Oscar por El padrino), Marcia Gay Harden (Oscar por Pollock) y Lucy Liu (perfecta en profesora “desesperada”)- todavía no se ha estrenado en su país. Se supone que, con suerte, lo logrará este mes.

Detachment, EE.UU. 2011
Estéticamente la película mezcla cinco tipos de imágenes diferentes que se combinan a la perfección con el argumento. Su estilo, realizador superdotado de clips musicales (también fue galardonado con un Grammy), se conjuga entre lo que el protagonista desea, lo que realmente vive y lo que los demás esperan de él. Otra línea argumental aparece en mitad del film, alguien a quien salvar o, por lo menos, impedir que caiga aún más.

Detachment, EE.UU. 2011
Detachment, verdadera gozada visual, con unos actores espléndidos y con Tony Kaye, su director, introduciendo historias según avanza el guión, no defrauda. Quizás sean demasiadas, pero es preferible a la sequía que ha acompañado la cosecha americana de 2011. Este año, con Detachment, puede que el cine americano cambie y encuentre el espacio dedicado al cine adulto que ha perdido en los últimos años. Veremos.


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