Siempre me he fijado en los detalles, en los Sombreros, en las Sombrererías, y casi en cualquier elemento que me rodea.
Pienso que en los detalles es donde se encuentra lo auténtico de los objetos y las cosas, es el punto de diferencia y lo que los hace especiales.
En los sombreros, ya les comenté no hace mucho tiempo que el detalle marca la diferencia: el cuidado del remate, el planchado del ala, el pelo del fieltro, hacen que sombreros que parecen similares sean completamente diferentes.
Esta misma razón, la de observar los detalles, te permite verlo todo de una forma especial y fijarte en cosas que normalmente te pasarían desapercibidas. Una forma diferente de viajar y de conocer lugares que a simple vista parecen corrientes y sin interés.
Hoy les traigo detalles, detalles de un viaje y un paisaje que he tenido el gusto de visitar nuevamente este verano, las Arribes del Duero. Situado en Salamanca y haciendo frontera con Portugal, se encuentra este maravilloso entorno lleno de detalles.
Por desgracia solamente les puedo mostrar detalles con imágenes y no podré compartir los sonidos y los olores. Eso será una buena excusa para visitar la zona y disfrutar, especialmente con sus detalles. Y si se deciden a ir, les recomiendo que se alojen en un sitio muy especial, La Quinta de la Concepción, desde donde podrán contemplar la desembocadura del Huebra en el río Duero y disfrutar de su gastronomía, además de la agradable compañía de Montse y Manuel, sus propietarios.
Ya que no todo va a ser hablar de sombreros…
Fotografías: Luis Bobes