Los personajes de las cajas de cereales para niños se encuentran todos con la vista hacia abajo en una inclinación de 9,6 grados para que hagan contacto visual con los niños, este choque de miradas aumenta la confianza de la marca en un 16% y en un 28% el sentimiento de conexión con la misma.Para que esto suceda las cajas deben de estar en estantes a 1,2 metros de alto, esta altura más los grados de inclinación dan de lleno en la cara de los niños logrando así el efecto deseado hacia la marca y el producto. Y para los adultos sucede algo parecido. Los personajes de las cajas de cereales para adultos tienen la vista casi horizontal para que el contacto sea más directo con los posibles consumidores y siempre los vamos a encontrar a la altura de nuestras cabezas.Esto fue lo que la Universidad de Cornell, EEUU descubrió a raíz de un estudio hecho a 65 marcas diferentes de cereales.
Otro caso curioso es el de los relojes. No se si se han fijado en las publicidades de éstos, pero en la inmensa mayoría de ellas los relojes aparecen marcando las 10:09hs o 10:10hs e igual que en las cajas de cereales no es por casualidad o capricho; existe toda una ingeniería de marketing detrás.Para empezar esta hora a la vista queda muy agradable ya que se asemeja a una carita feliz J o a un tick de aprobado o aceptado. Esta posición de las manecillas no tapa el logo del fabricante y tampoco el calendario que generalmente se encuentra ubicado a las 3 o las 9hs.Esta hora también nos da la sensación que es temprano y nos queda todo el día por delante pero que no es muy temprano que hayamos madrugado haciéndosos sentir la sensación de fin de semana. También forma un ángulo con la simetría exacta para el gusto de la vista que va de derecha a izquierda y el minutero queda a 48º y la manecilla de la hora quedaría a 56º.Esto y muchos detalles más que no puedo describírselos porque me llevarían páginas y páginas solo para que compremos más relojes. Todas las cosas que compramos y consumimos están hechas para cumplir una función y están presentadas en las estanterías de los comercios para que las compremos y muchas veces llegamos a los mismos sin la intención de comprarlas. El libre albedrío no existe.Imagen.