En un estudio publicado hoy en la revista PLOS ONE. los investigadores recurrieron a fNIRS, un método de imágenes no invasivo y no radiactivo que mide los cambios en los niveles de oxígeno en sangre dentro del tejido cerebral, para rastrear la actividad en áreas de la corteza cerebral previamente vinculadas al tinnitus.
Recopilaron datos de fNIRS en estado de reposo y en respuesta a estímulos auditivos y visuales en 25 personas con tinnitus crónico y 21 controles emparejados por edad y pérdida auditiva. Los participantes también calificaron la gravedad de su tinnitus utilizando el Inventario de discapacidades por tinnitus.
Encontraron una diferencia estadísticamente significativa en la conectividad entre áreas del cerebro en personas con y sin tinnitus. Además, la respuesta del cerebro a los estímulos visuales y auditivos se redujo entre los pacientes con tinnitus. Cuando se aplicó un enfoque de aprendizaje automático a los datos, un programa podría diferenciar a los pacientes con tinnitus leve / leve de aquellos con tinnitus moderado / severo con una precisión del 87,32%. Los autores concluyen que fNIRS puede ser una forma factible de evaluar objetivamente el tinnitus para evaluar nuevos tratamientos o monitorear la efectividad del programa de tratamiento de un paciente.
La gravedad del tinnitus de un individuo solo lo conocía previamente la persona que experimenta la afección, pero ahora los investigadores lograron combinar el aprendizaje automático y las imágenes cerebrales no invasivas para cuantificar la gravedad del tinnitus. Esta capacidad para rastrear los complejos cambios que desencadena el tinnitus en el cerebro de una víctima es fundamental para el desarrollo de nuevos tratamientos.