Revista Salud y Bienestar

Detectar problemas motrices en bebés

Por Smartsalus @SmartSalus

¿Cómo detectar problemas motrices de desarrollo en niños?

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La motricidad es la capacidad de realizar movimientos. Cada acción que realizamos, tan sencilla como caminar o coger objetos pasa por una orden que el cerebro envía al sistema nervioso y se convierte en una acción motora. El desarrollo motriz en los niños es fundamental, ya que una deficiencia en esta área que no es tratada correctamente puede ser muy difícil de corregir en el futuro y provocar serias dificultades en el niños, que influirán también en su aprendizaje y habilidades sociales.

Dentro de las capacidades motoras, se puede diferenciar entre la motricidad gruesa y la motricidad fina. Mientras la primera se refiere a los grandes movimientos como es caminar, correr, sentarse o saltar, la motricidad fina se enfoca en aquellas habilidades que requieren movimientos más pequeños y exactos, como dibujar, escribir o manipular objetos pequeños en general. Los padres deben estar atentos a sus hijos para detectar posibles problemas en su desarrollo motriz, y a su vez generar un entorno adecuado para que los niños alimenten su curiosidad y sus capacidades de aprendizaje y desarrollo psicomotriz. Los expertos en psicología infantil defienden que un niño que no tiene atención por parte de sus padres ni un vínculo emocional con ellos es más propenso a padecer problemas en su desarrollo.

Para detectar a tiempo cualquier síntoma de dificultad en su desarrollo, una forma útil es comparar con la media de aprendizaje de su edad. Ponemos a disposición de los padres esta tabla de la página netmoms con las pautas de aprendizaje de los niños por edades. Los signos de alerta más habituales son:

– 3 años: tiene dificultad para subir y bajar escaleras, se cae a menudo y le cuesta manipular objetos pequeños.
– 4 años: le cuesta pintar o dibujar, tiene dificultad para controlar la dirección de sus saltos, montar en triciclo o lanzar una pelota.
– 5 años: demuestra dificultad para cambiarse de ropa, lavarse los dientes o lavarse y secarse las manos.

A pesar de estos ejemplos, existen más signos a tener en cuenta antes de los 3 años, como el aprender a gatear, a ponerse de pie, andar o coger objetos. A menudo estas dificultades se deben a problemas de visión, y en muchos casos pueden solucionarse con terapia física u ocupacional a tiempo para que el niño reciba un poco de ayuda en su desarrollo.

El mejor procedimiento para los padres es ir siguiendo las tablas de desarrollo por edades y a su vez llevar al día las consultas con el pediatra. Ante cualquier duda acerca del desarrollo de los hijos, lo mejor es sobre todo mantener la calma y que el niño no sienta que está haciendo algo mal, ya que se desarrolla lo mejor que sabe. El procedimiento a seguir debe ser acudir al especialista pediatra, que es el idóneo para estimar si se trata de un síntoma de alerta y qué tipo de terapia o ejercicio necesitará el niño para crecer a su ritmo y feliz.


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