No cabe duda de que las Google Glass van camino de convertirse en un dispositivo polémico, en este caso por su capacidad para hacer fotos o grabar películas sin que nadie lo note, además de por las posibles distracciones derivadas de su uso.
De este modo, hace unos días era absuelta la conductora acusada –y multada- por llevarlas puestas. Pero, más recientemente, el FBI ha detenido e interrogado a un hombre en Columbus, Ohio (Estados Unidos) por llevar el dispositivo en una sala de cine.
Tras una hora disfrutando de la película junto a su mujer, el hombre vio como, de improviso, los agentes del FBI se presentaban en el cine y uno de ellos le retiraba las gafas, a la vez que le pedía que abandonara la sala.
Un dispositivo sospechoso en sí mismo
Cuando lo interrogaron, el detenido arguyó que necesita las gafas para ver bien la pantalla y que tanto estas como el móvil estaban apagados. Así y todo, los agentes sometieron al hombre a un largo interrogatorio sobre su trabajo y sus relaciones. Del mismo modo, lo obligaron a volcar el contenido del gadget, con fotos y películas personales, tratando de encontrar la película emitida grabada con alguna de las aplicaciones de Google Glass. Finalmente, asumían la inocencia del detenido.
Por su parte, el infortunado espectador ha declarado que usa estas gafas desde hace unos dos meses y que le han enviado los cristales graduados sólo dos semanas atrás, para poder usarlas, de forma que los últimos quince días ha estado utilizándolas en casi todo momento.
Asimismo, el detenido ha declarado que acude semanalmente a la misma sala de cine y que esta era la tercera vez veía una película con las Glass puestas, sin que nadie le advirtiera de que estaban prohibidas durante la proyección. También ha afirmado que siempre apaga las gafas para que no lo distraigan de la película, pero que no se las quita porque son el soporte de sus cristales graduados.
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