Aquí estamos con este choque inhumano de pupilas confusas, me miras, te odio, te alejas. Te tengo un deseo mágico, siento que soy luna y aspiro en este momento rozar tus tobillos helados en secreto y tocar tu cabello con recelo.
Hoy solo eres sombra de una gula salvaje, infernal.
Soy ajena en toda plenitud, pero te quiero y ahora soy parte de tu juego irreverente que me atrapa sorpresivamente de mis pensamientos, mi mano fue a tu mano, nos une una línea de tiempo, de estelas.
Acortando distancias, lograste que esta luna tenga cráteres prolongados de temor y vergüenza.
Hoy tus ojos destrozaron los míos y me pregunto en qué piensas al verme, creo que no tienes alma, haces cosas que me despedazan en tristeza, nadie te va a escribir como yo.
Cuando te escribo comienzo a amarte.
Estoy despierta, obediente a mis manos que hacen caso a mis sentidos desnudos, secos, llenos de aire, combatiendo…
Necesito abrir mis venas debajo de esta angustia de saber si piensas en mí;
mi boca está distraída
mi mente busca tu rastro, y
mis ojos, mis ojos…
Te ignoro sin afán de ignorarte, lo hago para que nuestras miradas no se crucen pero no puedo dejar de temblar, necesito abrir mis venas para encontrarte vigilante
en mi boca
en mi cuerpo.
Me borraba cuando no te miraba y cuando sostenías la mirada todo era fresco pero alejado.
Me conozco y estoy guardando rencor; un rencor distraído
navegante que no te lleva a bordo pero que atraviesas el mar de mis sentimientos.
Detrás de mis palabras está mi corazón disoluto y fatigado.
Estoy despierta todo el tiempo y los pensamientos me devoran.
Nace humo de mis ojos.
No diré que causan lágrimas.
Es solo humo, no me permito llorar por alguien que ha sido tan duro e inerte conmigo.
Estoy despierta obediente a mis manos que hacen caso a mis sentidos desnudos
secos
llenos de aire
combatiendo de nuevo…