‘detrás de la puerta’ – prólogo, por rafael llamazares

PRÓLOGO

Este libro resume la experiencia de una trayectoria ligada a la arquitectura. Se trata de la vida del mejor amigo, socio y compañero de experiencias que ningún ser humano pueda tener. Cuando digo <<amigo>> me refiero a la demostración más palpable del significado de esa palabra, que a menudo se utiliza de forma banal, sin darle toda la importancia que tiene.Cuando digo <<socio>> hablo de ser su acompañante profesional, no solo compartiendo la responsabilidad de una empresa, sino aportando todo en ella. Gracias a su generosidad he podido tener algo que ni en mis mejores sueños habría podido conseguir. Y por último, cuando digo <<compañero>> lo hago porque me ha acompañado a lo largo de los últimos veintidós años en todas mis decisiones vitales importantes y creo que yo también he formado parte de las suyas durante todo ese tiempo, un tiempo que se puede considerar toda una vida.

Joaquín es un líder. Lidera su vida y la de la gente que lo acompaña. Se trata de una persona con una inmensa capacidad de generar ideas de todo tipo: empresariales, formales, generales, pero sobre todo capaz de conceptualizar la arquitectura como creatividad, como espacios de ensueño donde su visión abarca desde el elemento mínimo hasta la organización espacial más compleja.

Joaquín vive y convive con la arquitectura, la cual comparte conmigo, hasta generar una simbiosis mental. Con la mirada, ambos sabemos qué es lo que está pasando por la cabeza del otro.

Su forma de entender la vida siempre va ligada al diseño, pero no al diseño estridente, sino a algo más allá de lo simplemente funcional, donde lo que se pretende es la concepción de la belleza, del orden de volúmenes y las proporciones que, desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha ido buscando en la arquitectura. Hablo de arquitectura, siempre, porque ha nacido para ella. Es su modo de expresión y de relacionarse con los demás, con sus esposa, con sus hijos y con el mundo que le acompaña, sus padres, sus hermanos…

Joaquín, como se verá en este libro, tiene además una gran capacidad para relacionarse y mantener vínculos tanto amistosos como profesionales, vínculos que le han ido acompañando en su trayectoria profesional. Habrá veces que estas relaciones salgan bien y otras no tanto, pero he de decir que en el segundo caso no es por intención meditada suya. Joaquín lo da todo desde el primer momento y esto, a veces, le ha traído problemas. Pero creo que es una buena actitud ante la vida, puesto que, en la mayor parte de situaciones, ha resultado positiva.

Es un hombre muy firme, y esa firmeza la refleja en su forma de liderar sus proyectos de vida. Joaquín siempre trata de conseguir la perfección. Perfección profesional, perfección en los actos y, sobre todo, perfección en su trabajo. Y su trabajo se resume en coherencia y en Arquitectura con mayúsculas. Le estoy enormemente agradecido. Primero por permitirme entrar y acogerme en su proyecto de vida. Y segundo, por haberme dado la oportunidad de presentaros este libro, que espero que os ayude a entender cuál ha sido su filosofía para llegar hasta aquí. Nuestra filosofía.

Rafael Llamazares,
SOCIO DE A-CERO

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