Título: Detrás del cristalAutora: Mayte EstebanEditorial: Ediciones B (E-book), 2014.Páginas: 279.
Resumen oficial.
Andrés Gálvez, un joven ejecutivo, lleva meses preparando unas vacaciones en el Caribe con su novia para escapar de los compromisos de las fiestas navideñas sin sospechar que su vida está a punto de trastocarse por completo.
La situación económica de Ana Iriarte es desesperada. Ha buscado con quién dejar a su bebé esa noche para acudir a un trabajo eventual, pero ni su única amiga, Raquel, puede ofrecerle ayuda, pues también tiene un grave problema: pasa por un mal momento con su marido como consecuencia de los e-mails que está recibiendo de un desconocido.
La desesperación empuja a Ana a cometer una locura que puede costarle muy cara.
Impresión personal.
Hay que darse cuenta de que a veces por mucho que una piense porque no ha leído antes tal o cual libro o a tal o cual autor o autora, no encuentra explicación alguna para ello, más que esa que le leí un día no muy lejano a otro lector empedernido que explicaba como las personas que habitualmente leemos nos encanta además "acaparar libros". Y es cierto. Antes sólo acaparábamos en la estantería y ahora también en archivos digitales que te van desapareciendo de la vista en el ebook y de los que te sueles olvidar hasta que alguien o algo te lo vuelva a traer de nuevo a la memoria. Esto precisamente me ha pasado a mi con Mayte Esteban. Ya habéis visto que mi anterior reseña ha sido también de un libro suyo, La Arena del Reloj, que me ha conquistado para siempre así que, nada más terminarlo, tenía que leer sin más demora Detrás del Cristal y no he perdido esta vez el tiempo para que no se me volviera a despistar.
Había leído varias reseñas en diferentes épocas de este libro. Lo cierto es que todas ellas positivas porque no sólo la novela lo merece de principio a fin sino que además la autora se deja querer a poco que contactes con ella en cualquiera de las redes sociales. He visto además que en muchos sitios se cataloga a la novela como novela romántica. Es cierto que en ella encontramos historias de amor, sobre todo, la historia principal entre Ana y Andrés, pero yo no la encuadraría en esa categoría que a mi se me antoja como ese tipo de literatura más "pastelosa" y para un público muy amante de determinados estereotipos típicamente "femeninos". Para mi gusto, Detrás del cristal habría que encuadrarla en un género más amplio del tipo de Novela Contemporánea o similar porque trata de muchos temas. Efectivamente, en ella encontramos una preciosa y sentida historia de amor pero también podemos encontrar en ella una buena dosis de crítica social y un gran "baño de realidad" sobre las dificultades para encontrar trabajo, conciliar la vida familiar y laboral o las dificultades por las que pasan muchas mujeres con hijos a su cargo para incorporarse al mercado laboral.
Evidentemente, me ha encantado el enfoque que Mayte ha dado a la historia de amor entre Ana y Andrés. Esa cadena de desencuentros físicos y de encuentros morales que se van transmitiendo a través de la figura de Pablo, el precioso bebé de Ana. Ese niño consigue a la vez que un Andrés obsesivo con el orden establecido en todos los ámbitos de su vida, comience a disfrutar con el desorden y el caos que supone tener un niño en casa al que no puedes "ordenar" nada y te lleva hasta lo absurdo de lo que son tus deseos adultos. Y Pablo es también la razón de ser y de vivir a toda costa de Ana, su madre, una madre que por hacer comete errores, aprende, arriesga y nunca se rinde.
"Está permitido equivocarse. Lo que es cobarde es no intentarlo"
Me ha gustado especialmente la valentía de Ana aunque en muchas ocasiones pensaba que la autora me iba a dar el "sofocón" del siglo con el empeoramiento de su situación. Porque se pasa mal viendo la situación tan límite en que vive la mujer y su hijo y acabas pensando cuántas "Anas" habrá realmente en el mundo y cuantas historias de esas "Anas" no acaban como la de la protagonista. Es un personaje tan real que en ocasiones te sientes Ana, preguntándote qué hacer, qué harías tu en esa situación.
El caso de Andrés es distinto. Alguien puede pensar que tiene mala suerte por la "carga" que le cae, pero realmente, le sirve de cura personal. A través del niño aflora el verdadero Andrés de tal modo que acaba siendo, sin buscarlo, lo mejor que le ha pasado en su vida. También es un personaje muy real. Tan inútil con un niño como tantos otros y eso te hace pasar unos momentos muy tiernos y también muy divertidos. Por otro lado, su madre, aparentemente excéntrica, está también llena de ternura y preocupación por su hijo y me ha gustado especialmente su papel.
El resto de personas que rodean, sobre todo, a Ana son también especiales pero reales como la vida misma. ¿En cuántas ocasiones no han muerto mujeres por terrorismo de género sin que los que conocían lo que pasaba no dijeran nada? La novela trata muy bien esa realidad, no sólo la realidad de la violencia de género que se ejerce sobre Raquel, amiga de Ana, sino el papel pasivo que la mayoría de las veces tienen aquellos que más te quieren.
La novela se desarrolla en Madrid, aunque hay alguna escena parisina. Pero en este caso, yo que soy tan amante de los ambientes, éstos me han pasado desapercibidos porque lo central en la novela son las historias personales de cada personaje y aquello que les va aconteciendo hasta que confluyen. Si algún ambiente me ha llamado la atención puede ser el piso de Andrés que pasa de esta "pluscuamperfecto" a ser todo un caos ante la presencia de un niño y la inutilidad del dueño.
De nuevo Mayte me ha conquistado con su manera de contar. Qué fácil te lo pone para meterte dentro de las personas, porque más que personajes, escribe sobre personas reales con las que puedes identificarte o preguntarte aquello de "y si a mi me pasará esto?"... Leyendo Detrás del Cristal he sentido hasta ganas de achuchar a Pablo y eso que yo soy poco "niñera", pero Mayte describe sus gestos y sus actos con tal realismo que pareciera que lo tengas a mano para tocarlo.
No sé si la autora es tan realista como escribe o si es una estupenda "encantadora", pero, desde luego, a mi consigue entremeterme en la historia y disfrutarla de dentro a afuera.